viernes, 19 de enero de 2018

Pepe:

Roger dice que me escribió un poema y lo publica este sábado en su bitácora de facebook. Yo hablando de quitarse uno importancia personal, y este hombre dándola. La vida es una tómbola.

Ignacio me pregunta si yo conozco en Gijón a algún posible lector de su novela. Al único lector de su novela que conozco soy yo. Y la tengo en cuarentena. No narra como Scherazade, no tiene esa gracia, pero ahí hay cebada  y avena y trigo. Mala hierba también hay, en la forma de narrar, pidiendo ayuda la novela, que alguien acuda y le quite el molesto pomposo hierbajo o lo redima. Bueno, algo así se ha dicho del Ulises de Joyce.
No seamos pretenciosos. Seguir leyendo y a ver cómo termina, la novela de Ignacio.

De la biblioteca saqué la de Mishima, la gracia del mar.

Ahora estoy flojo y he dejado de pensar en el zigurat de ficción narrativa en prosa.

El otro día alguien dijo, sin venir a cuento, que me ayudó, cuando los peores tiempos, porque le dio pena. Qué insulto, dios. Eso si es quitar importancia personal. Que te digan que das pena, y encogerte de hombros y pensar que todo, lo bueno y lo malo, está escrito en el libro del destino.

O debemos escribirlo nosotros en la comedia. A Ignacio Hay que Dejarle el territorio del sueño. Nosotros podemos contar sueños pero él narra como si estuviera en el centro del sueño. Ay si se hubiera olvidado un poco del intelectual que lo sostiene, que quiere ser.

Me recuerda a quien está hoy en la foto en facebook que saqué de Pepe&Chito.

No quieren reconocer donde está el centro de su fuerza y oscilan hacia donde no conviene.

A mí me está pasando. Ya me cansa el instinto. Quiero ser inteligente. Más de lo que soy. Pero necesito a la Reina de la Intuición. No está.Y yo ya, como dice la canción, no soy ni sombra de lo que fui.

Doy un poco de pena.

Bueno, hay cosas peores.

Chito

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