sábado, 27 de enero de 2018

tocando un fondo

las cosas corren ahora en mi contra. Creo que he sido un necesitado toda mi vida, he actuado para cubrir con los otros mis deficiencias, defectos, etc. Y no veo la hora de cambiar. Cambiar supone un esfuerzo y una voluntad de la que carezco.
De facebook, ya te lo dije, estoy convencido de que tengo que dejar de escribir ahí. Hoy iba a borrar, empezar a borrar, todo lo que no tuviera que ver con Nguyen.
No la supe tratar. Los versos no me redimen, no quitan la escarcha que me cubre y que me aleja de ella. Pero ya no sé si es amor o mi última necesidad en este mundo. Siento que le he hecho daño y no sé cómo repararlo. No sé si seguir en lo abierto o esconderme. Ambas cosas no son solución ninguna, pero algo habrá que hacer pues me estoy congelando.
Estar defraudado de casi todo el mundo, darme cuenta tarde de los engaños y trampas que me han tendido, y en las que he caído como una pardela, es lo de menos. Al mundo y su basura te puedes enfrentar y a veces ganar, pero contra tu propia basura, la que está adherida al cuerpo, es más complicado tomar medidas.

1 comentario:

Beatriz Martín dijo...

Excelente relato, desnudando el alma precioso trabajo, un abrazo desde mi brillo del mar