miércoles, 15 de septiembre de 2021

esto es el mundo

--... el mundo es eso... viviste de puta madre y en el momento dado... la conciencia te lleva a la responsabilidad y el compromiso... si yo fuera de derechas defendería el capitalismo pero sin abuso...

Tengo la puerta abierta y se me cuela el Tema, el que embellece los jardines de la calle (menos el mío que no lo dejo), el simpatizante de Podemos. Ya no repite el tema esto y el tema lo otro dos veces en cada frase, ni se pone a predicar las glorias de la izquierda como hace un tiempo, pero es igualito de pesado. 

--¿Puedo sentarme?

¿Qué voy a decirle? Quien no sabe aguantar la pesadez, no merece lo liviano.

--¿No tienes una chinita?

--No, se me fueron todas las chinas.

--¿No tienes un cigarro?

--No, se me acabaron todos los cigarros.

--¿No tienes un poquito de vino?

--No, tengo que subir al Komo Komo a comprar.

Entre pregunta y pregunta y confesiones de la depresión que tiene, el antiguo legionario va y me coge la cartera, que la dejé en la mesa, y se la va a meter en el bolsillo. Un acto inconsciente, como cuando uno se queda con el mechero de otro. Los jardineros municipales vinieron hoy (no quiero hablar de los jardineros) y se metieron en lo suyo y quedó amargado y se emborrachó.

La siguiente visita es más grata. El niño menudo de más arriba, y le doy un rosquete. Vuelve otra vez con un hurón, una cría, que es una maravilla. Pero esta vez está Nicolás y le dice que salga. Se lo dice porque hay chocolate al fuego. Ya podía salir él. No me dejó hablar con el hurón. 

Y encima está contento porque ahora hay más claridad en los jardines. Lo que hay es un pajarito menudo que revolotea entre la tierra y las ramas. Una delicia verlo. Y más tarde en Ibrahím el Flaco me cuenta cómo un cernícalo estaba en mi tejado acechando al canario que tiene él en la ventana que da a esta calle.

Tenía que haber avisado para ver el cernícalo. Pero cuando eso estaba yo en la Candelaria. De visita obligada. Por la reumatóloga que me quitó las inyecciones porque su ética no le permite... Me acordé de no sé quién alemán que dijo que cuando oía la palabra "ética" sacaba la pistola.

En fin. 

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