lunes, 28 de abril de 2025

 Paso de contar sueños, pesadillas y malas noches. El viernes subí dos muletas que tenía en el patio al cuartito de lavadora. El sábado amanezco con la rodilla hinchada, imposibilitado para caminar. Qué película más graciosa. 

Veo la entrevista que me manda Javier Hernández, esta vez a Juan Cruz. Entrevista con azúcar o sacarina. Me acuerdo de la novela El delator. En un párrafo que dedicó Juan Cruz en su libro sobre Pérez Minik, hay un párrafo en que un anarquista rechaza el saludo de Minik. El autor sospecha que fue por cosas que hubo en la guerra. Problemas que no se explican y que conducen a potenciar las sospechas de El delator. De esto no se habló nada en la entrevista. 

Me he quedado mentalmente vacío. Ya he detenido cualquier trabajo en la obra inédita. Le pedí a Pepe un prólogo para una de esas obras, pero ahora pienso que tal vez no lo quiera hacer. Y me parecería bien. Ya no tengo ánimos para nada.  

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