domingo, 5 de abril de 2015

coplas en macetas

pasacalle

Olvidé que soy un tonto
y un sabio me creí,
por sabio me recibieron
todos los sabios que vi.

Olvidé sabiduría
y la ignorancia abracé,
sólo sé que no sé nada,
sólo sé que nada sé.

*
a quien yo sé

Canto como yo puedo,
no aprendí de otra manera;
mi copla es el canto viejo
de quien duerme, ronca y sueña

y lo soñado eres tú.
Te sueño si estoy despierto
--cuando el sueño es más cierto--
y despierto cuando te sueño.

Otros cantan a Alá,
otros a Yavhé
y otros a Cristo dios.
Yo te canto a ti.
No sé otro cantar.

Coplas con, estrofa final, ecos de un poema turco que oí una vez en la radio cruzando La Mancha una tarde de verano, rumbo al norte de la Península. 
Hoy la destinataria sepa que lo escribí ayer y lo celebro hoy. Sabe por qué.

*
Ayer pasaron por mi casa Nora y su padre.
Le enseñé a Nora el cuadro El escritor y sus fantasmas, donde Ramón ejerció de modelo para la figura del escritor.
--¿Se parece? --le pregunté. 
--No sólo se parece. Es mi padre.
--Yo no tengo los labios carmesí --protestó Ramón.
--Eres tú. Tú eres verde --dijo Nora--. Mi padre es verde.
Ñoc, los labios son carmesí pero la cara es verde. Acerté. Más acerté en otro que se titula Cristo en el burdel en la montaña, también pintado sobre cristal (colección Marcelino). Este cuadro --se lo contaba ayer por tarde a Jose en la zona Guimerá-- lo pones en una exposición de Chagal y es la estrella de la exposición. Quizá es el mejor cuadro que he pintado. Incluso mejor que La dama de blanco (colección Ramón) o La puerta del infierno (colección Pepe).
Pero a Nora lo que más le gustó fue otra pieza. Una cosa más conectada a la venidera noche 10 de abril. Realismo Punto Cero en Cafésiete. En la Laguna. Ciudad de la calle Carrera y del caso Corredor. Ciudad de Agustín Pacheco. Ciudad de nuestra alegre juventud. 

*

Lo primero es lo primero
y después viene después;
mayo ya se verá,
ahora es el mes de abril
que está abriendo sus rodillas
como se abre un compás.
Como maestro Jabalí
abre los surcos de tierra
donde siembra la semilla.
Como el ínclito don Tigre
abre la materia gris
de las ciencias del arte.
Como el capitán Gallo
siembra filosofía 
en la mente de un muchacho.
Como la linda Tierra
pinta el cálido lienzo
entre la Estrella y la Fuerza.




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