miércoles, 8 de abril de 2015

paradojas

La ley haciendo y con la trampa jodiendo. Esto si es culpable López Aguilar. Si no lo es, es como el cazador que cae en su propia trampa. Una ley, como otras, que si se la hubieran ahorrado, peor no iba el Sistema a funcionar. 
Gracias al copiloto alemán de Los Alpes, me entero que hay una película argentina sugerente. Paralelismos evidentes. Motivos no sé. El de la película es un personaje, por lo que leo, inspirado en El Cobrador de Rubem Fonseca. Marcelino recuerda a Fonseca y su cobrador en su cuento en Lùnula 29. Un tipo más inocente que un fulelé se cree un asesino. Domingo Ladrillo. Es curioso que el primer cuento que publicó en esta vida Marcelino Marichal se titula "Domingo Resurrección". Es como si se cumpliera un ciclo.
El de Domingo Ladrillo no está cerrado. Si me ve Marcelino ayer, escribe una segunda parte. Salí de casa a echar las borras de café en el jardín de afuera. En bata, con la bata que me regaló mi secretaria del Partido. Pa mí que cogí la llave, pero no. No la había cogido. Y la vecina que tiene una, no estaba en la casa. Bueno, me dije, voy al bar de Ibrahim y espero un rato. Sí, un rato. Me acordé que tenía un caldero al fuego. Joder, me olvidé de la movilidad reducida y corrí a pedirle ayuda a Ibrahim. Ahora interviene el cuento de Marcelino. Allí estaba el comisario Fonseca, forzudo, y se esforzó en llevar una escalera enorme hasta la casa de Domingo Ladrillo. En lo que traía la escalera, Domingo vio a Helen. Helén fue a buscar al ayudante del comisario, porque el comisario es fuerte pero no muy ágil. El ayudante sí. Subió como un mono, abrió la ventana y abrió la puerta. El caldero comenzaba a quemarse, pero las papas se salvaron. Etc. 

Espero foto de un cuadro pero no llega. En fin, ya llegará. 

Ramón Herar expone a partir del día 10 en Gijón, con los otros fotografos de Lùnula 29. 
El día 10 también aparece como novelista pública Dulce Xerach. Diga lo que diga Juan, de esa mujer me enamoré hace algún tiempo (amor de lejos), y donde hubo algo queda. La vi el otro día en una foto, los pies desnudos, las rodillas en un primer plano. Pero no la podré ver en carne y hueso. Ni las tres diosas (espero que me ayuden, no que me jodan) me animarían a no subir a La Laguna el día 10. Cafésiete. A fabricar un cuadro escultura musical, lo que sea, con JRamallo de nagualt. No abrá ninguna puerta que cerrar. Sí un cuadro que pintar, y un destino que no sabemos. 

Antes, mañana, maratón poético en Librería del Cabildo. Antes vi los escaparates. Bolsas con libros. Allí estaré también, Dios mediante, con Anghel, Alejandro, Pepe Marrero... 


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