miércoles, 24 de junio de 2020

No fui a ver a Chani, aprovechando la invitación de mi hermana. Poco tiempo. Pero tengo que llevarle Barrio chino. En cierto modo él está ahí en esas páginas, y con su nombre de guerra: Chani. Caballo de fuego, como Jim Thompson y creo que también Malcolm Lowry. Es un poeta salvaje. Los poetas con título deberían aprender un poco de estos que cantan lo que les sale del cuerpo. Día de san Juan sin hoguera no es apropiado para visitar a un amigo.
Por la mañana fui a la oficina para cambiar el padrón. Hay que pedir cita. Por teléfono. Línea ocupada línea ocupada... estamos bien. Está atestado de gente pidiendo la paga mínima. Tengo que bajar a Cruz del Señor y comprar pintura, acrílicos para los ejemplares únicos. Tienen su cosa. Que mi cuñado los rechace es síntoma de su valor. El pintor es él, según él, no yo, según él y yo. Lo cierto es que desde donde yo estaba en la mesa veía un cuadro que tenía en el cuarto en el suelo, y así visto de lado, con luz de sol entrando por la puerta, el cuadro tenía belleza. Luego cuando lo vi de frente, una vaca enorme le quitaba todo el encanto. Se lo dije, porque si no se lo digo no se lo digo. Dijo que la vaca era la estrella de la historia que contaba en el cuadro. Historia de Tegueste. Fiesta con carro y vaca. Pues ahora ya sé dónde está el Carro en el poema sobre el Tarot

(...
Dónde la templanza
halla remanso
del viaje del carro.
Dónde va el carrero
con los dos caballos. ...)

en el cuadro de mi cuñado, sólo que en vez de caballos lo que hay es una vaca. Caballo es él, no sé que elemento, si fuego, agua, tierra, metal o madera. Tal como yo lo veo, fuego (es un signo de genios), agua (... de sabios) y madera (... de santos) están descartados.

Pues no, me equivoqué. Es caballo de madera. La página que leí los retrata con imaginación abundante, analistas perspicaces y afinados lectores de las mentes de los demás. Joder, y parecía bobo. Bueno bobo, sólo cuando se hace el bobo. Dice la página que son irritables y sentimentales y jefes prudentes con decisiones correctas. Habrá que admitirlo. Estas características tengo que llevarlas a la novela donde sale Chani, ben Liza, Juan Roco y Wang, el primo de Chi. Hacérselo decir a Siao Ling, la hermana de Chi, o mejor a Li, la madre del sujeto narrador. Chi es el que cuenta la historia, su historia. Es el personaje principal. Como Obregón en la novela. Un narrador que hable de su vida puede llegar a ser cargante si no le da espacio y atención a lo que ocurre a su alrededor. La relación Chi/Wang en la novela es conflictiva, una confrontación donde Wang gana todas las batallas. Tengo que prestarle más atención a este personaje.

Y la casa sin barrer. El padrón pendiente, el carnet caducado pendiente, hacienda pendiente. Y Celenia tiene un pie hinchado. Chani me pregunta si leí lo que escribió. Miré su muro. Una canción dedicada en clave. En su comentario nombra el te del diablo. Barrio chino  retrata varias épocas distintas. Desde la infancia a la madurez. Desde el verdecimiento infantil, pasando por la edad de la flor y la edad del fruto, hasta la edad de las raíces. La edad de la flor, situada en la muerte de Franco, es la época de la fiesta de la droga, bueno, de cuando comenzó a extenderse esa fiesta, cuando comenzó a salir de los secretos sótanos a la calle. Del te del diablo no escribo casi nada. También merece más atención. La droga que toman Chi y otros putos del bar Acapulco es inventada. Su nombre es yidis. El Yidis da la fuerza cojonuda del te del diablo pero, a diferencia del estramonio, te da también la sensibilidad de los santos y la conciencia de los sabios. Una droga que no sé si puede existir. El yidis tiene un segundo plano hasta que ben Liza niega vendérsela a Chi. La falta de yidis es la que ocasiona el conflicto, el desentendimiento entre la oferta y la demanda, entre el puto y su clienta.
Me acabo de enterar de que ha salido un robot, masculino, aspecto de hombre absoluto, y con el rabo regulable según la necesidad de más o menor tamaño o grosor.
No sé. Todo camina. Tengo la sensación de que un velo se cierra y se está abriendo otro. Tengo que moverme.   

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