miércoles, 30 de abril de 2025

  Me desperté con un sueño en que yo dibujaba al papa ideal, al papa de Roma. 

Recordé Ensalada de canónigos. Dos cuentos de los que uno podría estar en Injertos.  

Berto me manda un vídeo con Sita bailando en el centro de un corro de libélulas. Un espejismo volante rodeando el realismo categórico. Berto me habló de los libros de Juan. Quieren invitarlo a un espique.  No ha leído aún La gesta, pero recuerda que Eduardo no la cantó demasiado alto. Me dice que le gustó Puerto Santo, pero que el cherne tenía que haber seguido hablando. Si le gustó del todo Mejor cuando improvisas.  

Me vienen a buscar. Sin silla. Está la cosa media descontrolada, me dice el de la ambulancia. Menos mal que la rodilla se mejoró bastante y bastó con el bastón para ir caminando hasta la salida de la calle. En La Candelaria espero tres horas. Alegre espera y buena hambre. Al final se dan cuenta que no estoy registrado para la visita. Me registran y me pasan a la camilla. Me auscultan. Me veo por dentro en la pantalla. Eso soy yo. No espero que me regrese la ambulancia. Pido un taxi. Vuelvo a tener capacidad andante. Gracias a Dios.

Me recibe cantando uno de los mirlos que tienen el nido en el pitanguero de Nicolás.


lunes, 28 de abril de 2025

 Paso de contar sueños, pesadillas y malas noches. El viernes subí dos muletas que tenía en el patio al cuartito de lavadora. El sábado amanezco con la rodilla hinchada, imposibilitado para caminar. Qué película más graciosa. 

Veo la entrevista que me manda Javier Hernández, esta vez a Juan Cruz. Entrevista con azúcar o sacarina. Me acuerdo de la novela El delator. En un párrafo que dedicó Juan Cruz en su libro sobre Pérez Minik, hay un párrafo en que un anarquista rechaza el saludo de Minik. El autor sospecha que fue por cosas que hubo en la guerra. Problemas que no se explican y que conducen a potenciar las sospechas de El delator. De esto no se habló nada en la entrevista. 

Me he quedado mentalmente vacío. Ya he detenido cualquier trabajo en la obra inédita. Le pedí a Pepe un prólogo para una de esas obras, pero ahora pienso que tal vez no lo quiera hacer. Y me parecería bien. Ya no tengo ánimos para nada.  

viernes, 25 de abril de 2025

meditaciones novelescas

 Inicio a ver el corto de Hitchcock Odio fraternal. Ese odio es el nudo principal de Vertical blues. La novela hace directa referencia  al emperador Maximiliano, tiene resonancias en esa novela. Su hermano lo obligó, al aceptar ser emperador de México, a renunciar al trono del imperio austriaco. En la historia de España son conocidos varios enfrentamientos entre hermanos hijos de reyes, pero hasta ahora no he usado ninguno. Lo de Juan Carlos matando involuntariamente a su hermano, si lo uso hay que ponerle vaselina. Vaselina con hiel. Trasladarlo al primer crimen de la humanidad, según la Biblia. También sé que en la literatura universal hay respetables versiones de ese familiar crimen, pero aún no las conozco. En la historia reciente de San Andrés también hay un crimen fraternal, el motivo cuadra exactamente con el de la novela. Las semillas del crimen son de la misma especie. Este suceso no lo añadí a la novela. Las supersticiones, y yo las tengo, son los más convincentes censores.

La peli de Hitchcock empieza con unos estudiantes celebrando sus orgías. Un frasco con las cenizas de una muerta en una llamada casa del laberinto, en manos curiosas de la que será nueva visitante a esa casa, visita voluntariamente aceptada, un mujer Teseo en esa historia. Muchos rayos y truenos. Substancioso el thriller pero no le veo ningún acoplamiento con la novela. Extraordiaria la casa del laberinto, un piso te conduce por un tubo al piso de abajo y así sucesivamente, y cada nuevo piso es más inquietante que el anterior. Me acuerdo de otro corto del rey del suspense que sí tiene más relación con Vertical: es de un hermano que se hace la cirugía estética para parecerse al otro y así poder matarlo tranquilamente y hacerse pasar por él, es decir, hacerse rico y poderoso. En Vertical ocurre también esa transformación pero sin una estética argumental seria. La transformación de un hermano que se convierte en el otro ocurre de un modo inverosímil y algo chabacano. Y así tiene que ser. Muchos cuentos de las mil y una noches son inverosímiles y chabacanos. De ahí viene su apego, como pasa también con las historietas de Condorito. Humor caribeño, de tígueres acechando presas, siempre bellas y bien formadas.

 Del libro de la noches recuerdo ahora el relato del moro califa y el moro pordiosero. Dos moros parecidos uno con el otro como dos gotas de agua. Tengo que volver a leerlo. A ver si lo encuentro.


jueves, 24 de abril de 2025

 Procuro adaptarme con toda el alma a mi deteriorada carrocería, mis positrones procuran aceptable coordinación con los electrones. (Estoy leyendo un cuento de Asimov.)

En uno de los párrafos un personaje alude a la posibilidad de coger la mente de alguien y ponerla en el cerebro de otra persona. "No le gustaría a usted que cogieran la suya y la trasladaran al cuerpo de un joven atlético". 

El cuento señala la importancia del sentido de la intimidad. La intimidad yo la veo bajo la tierra, dominada por las raíces de las plantas y los bichos subterráneos. A veces sale a la superficie. En la novela de Dr. R. el episodio de la cucaracha rociada con Chanel puede ser un símbolo, entre otros, de la destreza política. Pedro Sánchez podría ser el personaje, todas las cucarachas cazadas por los jueces enemigos son dejadas a su destino pero las que permanecen con él las rocía con Chanel. A veces no puedo evitar, el cielo me perdone, ver a una cucaracha en la figura parlante de la ministra Moreno. Ella es la dominadora de la ínsula. Menos importante en el Gobierno es la señora Díaz, errejonada por un lado y próxima al papa Francisco por el otro. Cuento de cucarachas con Chanel en el velatorio de Roma. Yo observo a las salvajes y reales cucarachas que tengo en casa, de día no se ven pero salen de noche. Las pequeñas me despiertan afecto y las grandes me producen rechazo. Una de las grandes suele subirse al pollo de noche. Doy un golpe para asustarla y se esconde detrás de la bolsa de gofio o bajo el plato por lavar en el fregadero. Hay otra, menos molesta, que se pasea por el piso. A esta la espanto y se esconde bajo la cocinilla. No son plaga y eliminan bichos malos. Esta es la razón científica de dejarlas que hagan su vida. La razón mágica --que no me oiga el Maestro- es que la cucaracha es uno de los animales protegidos de Yemayá. 

"La risa es la mejor arma contra la muerte", dice Rosario Ferré en youtube.

 "El material del arte es el desperdicio", dice el tarotista Jodorowsky en otro youtube, y cuenta la anécdota de la bailarina que, en un lugar de París, se desvestía de su uniforme nazi, y ya desnuda, resplandecía una cruz gamada en su coño alemán. Cuenta el Jodorowsky. Dice que la cultua es una cretinada. Y tiene razón, darle valor especial a la cultura es como dárselo a las cucarachas, aunque sean animales preferidos de Yemayá.

A la bailarina tengo que llevarla a Vertical blues. Alli pega como anillo al dedo. En un episodio un nazi lleva a su casa particular a los héroes de la novela y les enseña fotos de su mujer, fotos pornográficas bien encuadradas. El héroe principal, en su vida de niño, conoce a un alemán, cliente de su madre, que de una manera esotérica anuncia el nazismo operativo en el tiempo de esa historia.  

miércoles, 23 de abril de 2025

 Ahora me identifico con Condorito. Geniales viñetas. Ajeno al afán castrador, Condorito es un ejemplo ejemplar de la sexualidad auxiliadora. Entre los aspirantes a Papa hay uno que defiende el casorio de los curas; yo votaría por éste si ahora estuviese en Roma con el título de cardenal. Erase una vez en que los curas tenían derecho a la barraganía. Decidieron en no sé qué Concilio la castidad porque (teoría oída) la barragana que enviudaba se quedaba con la casa del cura.

Otro asunto, el de la colonización española, lo hablo con Ramón. Él, más que en la diferencia entre colonización generadora frente a la depredadora, señaló un antes y un después de Darwin. Si no entendí mal. Conciliadora antes y racista después, si no entendí mal. No me dio tiempo de preguntarle sobre el intento de colonización francesa en México, con el emperador Maximiliano.

Con Berto hablo de la cruz de San Andrés y su significado político, en relación con el espique sobre la hispanidad. Él acudió, fue prudente y no abrió la boca por culpa de la cruz de San Andrés, símobolo de los convocados a la mesa. Recordó la novela plagiada de Cela que ganó El Planeta. Yo leí en su tiempo esa novela, pero me pareció mala y ya no me acuerdo de nada. No me parece que tuviera que ver con el uso político de esa cruz; sí tal vez con el dicho gallego de que si no vas de vivo a San Andrés, irás de muerto. Me interesa la cosa por pura sentimentalidad, por cosas de la infancia en el pueblo de San Andrés. En fin, múltiples curiosidades, crucigramas sin resolver.

Me avisa Eduardo para la presentación de su libro esta tarde en el Museo de la Ciencia. Me disculpo. No se me arregla subir. 

lunes, 21 de abril de 2025

variedades

 Me retiro de la escritura pública, por ahora, (léase fb, a la única a la que tengo en este tiempo acceso público) pero también a la escritura privada (Vertical blues, Injertos y una nueva versión de la novela de Agosta). Injertos está ahora en manos, con ruego de un prólogo, de Dr. R., un autor que reinventó la estructura de la novela (Cucarachas con chanel), como hizo Cervantes en su día y Rulfo en su momento, y también, según el vigoroso Jesús G. Maestro, García Márquez. Hoy Maestro estrena en youtube su visión de Mario Vargas Llosa. Dice que es un buen novelista, incluso excelente, pero no es un genio, como fueron Cervantes, Rulfo y García Márquez... 

En cuanto a estilo, en la literatura canariavasca, mestizaje nada reprochable, el autor a señalar como cambista, como autor genial, no simplemente excelente, es el exabogado Nokia, el amigo de... bueno... borrar al borrado es diente por diente. La no identidad es la entidad suprema. No nombrar a quien te borra es prudencia espartana. Me acuerdo cuando un examigo ilustrado ponía por las nubes a otro autor con el que yo no he podido lidiar a gusto, no le pude hincar el diente. El ilustrado, más tarde, se desembarcó de los elogios y confesó que in illo tempore lo había maravillado aquel autor porque leyó tres páginas de su novela y no entendió nada. No entender nada es entenderlo todo, supongo que diría Sócrates, en las nubes, cavilando tonterías. 

El que me tiene borrado también es Berto. Pero este, con amistad infatigable y perdurable. No me llama. Yo tampoco lo llamo. Ramón otro, comunicación vía wasap. Valioso lo de los Espiques de Los Cristianos. Jordi estuvo en uno sobre Arte y volvió a su museo Abandonado en Los Realejos con poco entusiasmo. Luego decidió borrar de su muro en fb. lo que escribió. Contaba la historia con el alma del que va a una fiesta y no encuentra ninguna fiesta. Gregorio Samsa en Los Cristianos, podría haberse titulado. Borró el relato. Me maravilló su relato borrado. Vi (que no me oiga Gustavo Bueno, inquisidor de visionarios) vi que después de más de lo mismo se abre el telón y comienza la fiesta. No sé si esa fiesta la hubo en el más reciente Espique, el dedicado a la Hispanidad. Ramón me invitó (si me invitan me tienen que recoger, porque yo solo, sin recogedor, sólo voy al carrito de Vicenta y, menos a menudo, al Komo Komo). Hoy me recogieron y me llevaron a la médico principal. Ya llevo conocidas tres reumatólogas, de las tres me he enamorado. La primera era una sargenta de Valladolid. Muchas visitas. Soberbia mujer. "O haces lo que yo te digo o te vas al carajo", me decía, me ordenaba, pero con un habla más expositiva, más de Valladolid, y yo obedecía encantado. Fue quien me habló del Fairy, una vez ya enamorada y dándome buenos consejos. Fairy, remedio Rasputín. Hoy se lo conté a la nueva doctora y me miró como si estuviese oyendo al licenciado Vidriera. Le dije quién me dijo eso y puso cara de asombro. La vi una mujer eficaz. Todo al grano y sin consejos ni órdenes. Le digo que fumo 15 cigarrillos y sin decir nada me lo dice todo. Esa mujer me habló con el cuerpo. Tengo que fumar menos.  A ver.        

domingo, 20 de abril de 2025

realidad

 El sueño a veces vaticina la realidad, a su manera. Ayer por la tarde abro un corto que habla de Sagitario, curiosidad por saber cómo me va a ir en el amor estancado, el dinero y la salud. La salud la tenía como Cristo en el calvario, el cuerpo y peor el alma, por los suelos. Con el dinero, gracias a Dios, no hago quejas, tengo para comer y para comprarme un jugo de membrillo, esperando esa exquisita comilona que me ha prometido Juan gracias a los elogios que hago a su obra. No todos los elogios son tan falsos como los de Rufián el catalán criticando a los parlamentarios que cobran buenos sueldos y no defienden a los pobres. El amor, en fase prolongada de ayuno, es más preocupante. Medito oyendo lo que una bruja de muchas cartas dice mirando varios Tarot, todos menos el auténtico, el de Marsella. Cuando la bruja va a hablar del amor, el ordenador se para en seco, el ratón no se mueve y se pone a meter un ruido desagradable. No hay manera de apagarlo, de detenerlo. Lo llevo al patio, desenchufado, para que a lo largo de la noche se le descargue la batería y se apague solo. Lo llevo a donde apenas lo oigo si me acuesto a dormir. En esto llega Ayara, la que saca al podenco Rafael esta semana alojado en casa. Saca a Rafael y vuelve. Le digo lo del ordenador, el ruido delata su avería. Al final, espabilada juventud, la muchacha logra apagarlo. Menos mal. Por la mañana, hoy, lo enciendo otra vez y funciona normal, como si no le hubiera pasado nada. Se abre ese callejón. Sigo andando. Pantalla libre. Carretera abierta.

sábado, 19 de abril de 2025

otro sueño

 Me levanto temprano, antes de amanecer, ágil como un mandril. Ma visto normal, cojeo hasta el carrito de Vicenta, compro el tabaco, un rosquete lagunero y cocacola sabor original. Vuelvo a casa, por el trayecto de las tres escaleras que tiene la calle; siempre me acuerdo de T cuando paso justo por la que está más arriba, la escalera doblada (las otras dos son rectas) y llego a casa. Abro, veo un par de youtube y fumo un par de cigarrillos. Me derroto y me acuesto. Sueño con una doblez inaudita. A veces soy un personaje, a veces otro y otras veces un testigo omnisciente. Una dama de buen ver me lleva en su coche, tipo cucaracha, de dos plazas, a un recinto elevado. Voy en cholas, me cuesta subir la escalera, pegada a una pared. En lo alto no hay ñaca ñaca sino tertulia. Allí un famoso crítico literario nos recibe. No me acuerdo de que hablamos. Creo que de los viejos cortos de Hitchcock en la televisión. "Está muy bien ser un genio como yo, que ha hecho grandes películas, pero también tengo que comer y me veo obligado a hacer estas basuritas que tanto os entretiene, al servicio de un productor que parece que no rompe un plato pero es un gran delincuente". Comenté con el críttico esa frase, más o menos, del cineasta. Lo demás no me acuerdo. La dama está dándose el lote con otro pero me hace señales de que me prefiere a mí. Yo contento, soy el escogido. O soy la dama, matando al bobo y eligiendo al más guapo. El crítico no sé que hace; desaparece, se escabulle. Bajamos la escalera la dama y yo y nos subimos en su coche. Me dice que conduzca yo. De pronto, en plena marcha, percibo que del coche han desaparecido los mandos de los pies, el freno, el acelerador y el embrague.. Entro en la ciudad conduciendo a ciegas pero por suerte no hay ningún percance. Le grito a unos transeuntes, pasando por una avenida rente al mar, que paren el coche. Lo hacen, a la fuerza bruta. La dama se pone al volante. Esta vez con acelerador y freno en su sitio, y yo al lado. Aliviado, contento de que sea ella la que maneje. Es su coche cucaracha y lo conoce. Me habla de que pronto hará un viaje a Nápoles. me habla maravillas de Nápoles. Llegamos a un calle toda en obra, con zanjas abiertas. En la puerta, de cristal, de un edificio, nos espera el marido. Un chino calvo y cabreado. Sabe artes marciales y tiene instrumentos de ataque. Estoy perdido. Eludo los primeros golpes pero sé que estoy perdido. No sé cómo, alguien me ayuda, una aparición angelical, y le da con una piedra en la cabeza al temible chino. Lo deja tumbado en el suelo. La dama llama a la policía, pide ayuda porque han matado a su marido. Salgo por patas. Más tranquilo, deambulo por la ciudad intentando encontrar mi casa. La ciudad es totalmente desconocida. No mee oriento y pido ayuda. Alguien me indica que tengo que ir por tal sitio, y ese sitio me lleva a una comisaría subterránea. Me detienen porque sospechan que yo soy el asesino. Les pido que me dejen hacer una llamada de teléfono. De pronto una poli deduce que yo vivo en Gijón y me dejan libre. Me sueltan en un callejón sin salida. Otra vez perdido. Despierto. Rafael el podenco me titó de la mesita al suelo varias cosas que estoy dibujando. Esto ya es la realidad. El sueño quedó atrás. Me caliento un café y enciendo un cigarrillo. 

miércoles, 16 de abril de 2025

 --Lo que quiero es comer y saborear su membrillo, señora.

Me da vueltas en la cabeza esta frase no dicha. No diré el nombre de la señora, señora sin nombre. Lo de membrillo está en El licenciado vidriera. La enamorada le da a comer su membrillo y el hombre se vuelve loco. El contenido del membrillo le desbarató el alma. No le gustó nada. 

En fb, una amiga me recomienda que lea La tía Julia y el escribidor. En la pantalla, en youtube, me entero del argumento y de fragmentos de esa novela. Tiene una estructura semejante a El negro. Interesante coincidencia.  

lunes, 14 de abril de 2025

Hitchcock

 Me entretengo viendo cortos de Hitchcock. El último me encantó especialmente. Es de una vieja madre que le dice a su hija que deje de estudiar tanto y que vaya unos días al pueblo de una amiga a divertirse. Cuando la señora está sola, la visita un agente de policía. Le dice que su hija ha estado carteándose con un delincuente muy peligroso que se ha escapado de la cárcel. El policía sale de la escena y entra el ladrón, en la casa de la solitaria mujer. Pistola en mano. Larga conversación de lo mucho que ama a su hija y la mujer lo consuela, le acaricia los brazos, le pasa una mano por el hombro. Soy yo el ladrón y me olvido de la hija y me acuesto con la madre. Mujer atractiva y peculiar. El ladrón enamorado ve una foto de la hija con otro joven y se pone diabólicamente celoso. La vieja atractiva logra quitarle la pistola y lo amenaza. Él se pone bobo y ella dispara, una herida en un costado, nada mortal. El tío cae al suelo y la policía acude en masa. Lo devolverán a la cárcel. Pasa el tiempo. La hija le dice a la madre que se va a dar un baño a la playa. La mujer mayor escribe una carta. Una carta de amor al ladrón, otra más, convenientemente perfumada. Hitchcock se disculpa de que en esta pequeña película no haya habido ningún crimen.

domingo, 13 de abril de 2025

la viuda negra

 Las viudas negras. Podía ser el título de una novela. Me acuerdo de Ramón cuando le hizo una foto a esa araña vagabundeando por la pared desconchada de un, en otro tiempo, noble edificio, en la calle El Clavel, paralela a la Nokia ahora frecuentada por un autor canario-alemán, mezcla de Cervantes y Goethe, tal la novela suya que se titula La gesta. Días de cañonazos en Santa Cruz. Empezando por dos niños, un cojo y un intelectual, y terminando con un donjuán tirándole los tejos a la señora y atractiva Muerte. La figura de este don Juan no es de la egregia fábrica de Tirso de Molina ni de la romántica farsa de Zorrilla. Este don Juan no engaña ni se burla. Es un poco moroso pero no es culpable de más nada. La santa Muerte no le quita la polla tiesa sino que se la aviva. Y en medio de esa gesta, el amor más auténtico que se puede dar en este mundo, el de una sensible bestia que salió del mar y una costurera. Y un furriel enamorado,   desgraciado en amores que por lo menos, gracias al opio, logra ser poeta. Es el personaje más real en esa novela fabricada sobre un esqueleto histórico. 

Ramón perdió la foto de la viuda negra. Mala suerte. La mejor foto que hizo en su carrera de fotógrafo. Me la trajo a la memoria el caso del poeta García Montero y Susana Rivera, la viuda del poeta Ángel González. Aquí hay pollo. Quien está al tanto lo sabe. La historia tiene enredos misteriosos. Yo imagino, la imaginación es libre, una misteriosa relación con otro caso, menos mediático, el caso del hermano y la musulmana.  

miércoles, 9 de abril de 2025

 La polla ya no acude a la trinchera,

no puede penetrar, como piedra de catapulta,

la fortaleza asediada.

No son despiadados los dioses,

aún puedo acariciar 

y ponerme de rodillas y posar los labios

en el cubil de la paloma.


Eso si el cuerpo no está desabrido

o se ha excedido en digerir la sal,

convertido en estatua, con la mirada

en la ciudad lejana.


Viene la tormenta, hay que guarecerse.

martes, 8 de abril de 2025

 Hablo con Ramón. Me dice que el próximo espique va a ser sobre la hispanidad y la leyenda negra. Le digo, sobre esa etapa histórica, lo que le oí al ya viral Maestro: La colonización española fue generadora y la inglesa fue depredadora. Me invita a ir a Los Cristianos y ver a Berto y que me cuente todos sus achaques y destrozos e ir yo preparado, haciendo poemas --como quiere Ramallo-- con los prospectos de las pastillas que me mandaron los médicos. Exceso de médicos tengo: reumatóloga, cardiólogos, neumatólogo. Me falta una psiquiatra que sepa pasar de las palabras a los hechos. Platos exquisitos pruebo de vez en cuando. Los amigos ven mi necesidad sibarita y me atienden bien. Mis amigas en unos casos sí y en otros no. La única que me visita en Nguyen. A veces hablamos del hermano del judío marroquí. De Angel poco ultimamente. Y también de Juan. Creo que admira a Juan incluso más allá de su admirable literatura.

Hablando de literatura. oigo a Maestro escachar con un zapato el discurso de Cercas en la Academia. En criterio de Maestro, es un discurso de mono. Por Martín supe que el tal Cerca le hizo un libro al Papa. En fin, el lejano Cerca se me acerca, pero todavía sin mucho sabor. Sabor a hamburguesa. Más curiosidad tengo por Rasputín. Lo relaciono con Maximiliano, figuras contrapuestas. Ambos fueron matados, uno de una manera estatal y otro de una manera bestial.