domingo, 21 de noviembre de 2021

esperando la guagua

 Fui a Santa Cruz a comprar víveres porque mañana viene a dejarme jengibre.

Como llevaba bolígrafo, escribí para entretener el tiempo, mientras esperaba la 911.


La pantalla que señala

los minutos de la espera,

apagada.

No sé cuando llega la 11, ni la 4,

ni incluso la 9

aunque haya que subir

la escalera que no funciona.

Ana recuerda que este otoño saldría la novela.

Sería un milagro. Incluso en primavera.

Una mujer llega y se enciende la pantalla.

Quedan siete minutos. Hablamos de los domingos de Santa Cruz.


Y después de comprar, en la parada de la plaza Weyler, para subir, esperando la 904.


Ay samba querida,

 dónde has estado. 

¿Estuviste dormida 

y no has despertado? 

¿Qué piensas? 

Nada. 

¿Qué haces? 

Mirar las flores.

En esto llega una mujer que quiere fumar porque en casa de la hija --fue de visita-- no puede fumar:

--María Estropajo me estaba mirando a ver si fumaba y no pude fumar. 

Me cuenta por qué le cogió miedo a los gatos. Historia larga. De 22 minutos. La guagua llegó. No me senté con ella a preguntarle el nombre, y en qué mano le había mordido el gato que intentó sacar de debajo de una cama...


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