sábado, 13 de noviembre de 2021

 No sé si hacer con la mente lo que hago con el cuerpo. Dejar que se aclare solo. 

Las lentejas que me hizo Helen ayer, demasiado saladas, me sentaron fatal. Del sofá al baño una y otra vez, en intervalos cortos. Sin dormir en toda la noche. Cuando por la mañana  estoy conciliando el sueño, me llama para preguntarme sí leí lo nuevo que publicó en fb. Más de lo mismo. Cuando el delirio se vuelve paranoico es pesado como una loza. Agota mi paciencia y la consideración a lo valioso, quitando el húmedo carbón, que hay en su obra. Le digo que no venga porque no estoy en condiciones de recibirla. Me dice que entonces vaya a la puerta de su casa el lunes a las ocho a llevarle corregido todo lo que me dio. Abajo ese día la espera la policía para llevarla al juzgado. Dice que ahora no va a actuar como ciudadana sino como lo que es, la líder suprema. Otro albatros que va a caer sobre la cubierta de los rudos marineros. Y sus hijos en el extranjero, y sus amigos destacados miembros de Podemos haciendo mutis y si te conocí no me acuerdo. Y yo, en este estado de aturdimiento mental y cuerpo descompuesto poco podré hacer. Pero ya no es ella sola la que está disparatadamente enloquecida, sino el mundo político. Es como si avecinaran una catástrofe irreparable y todos quisieran salir a estampidas del derrumbe total. No sé si es una situación transitoria o un preludio de que lo está llegando. En su caso es más que un preludio. No creo que pueda librarse de que la encierren de nuevo. 

*

Ya es más de mediodía. Oigo el teléfono. Me despierta de la siesta. Por fin dice que viene. Mi hermana también quedó en venir. A traerme sopa en lo que va de camino a La Orotava. Un golpe metafísico sería que coincidieran las dos. El otro día Estela coincidió con Belén.

 La vida de un persona es una constelación cambiante de astros y satélites. La constelación de adversarios (gente que procura tumbarte o ponerte palos en las ruedas), de vecinos, de compañeros de trabajo, familiar, etc. En la que pienso ahora es en la constelación de amigas. Belén y Nguyen están en ella. Y mi hermana también. (el 3 es el número del conocimiento) Toda persona tiene sus reparos y no está de más conocerle la pata que cojea. La de Nguyen quiere abarcar el mundo entero. Entre sus pretendientes solicitados (a los que pide divorcio de sus mujeres y a ella entrega de todas sus riquezas) está desde el expresidente de México Peña Nieto, hasta Putin. Son los dos últimos. Su convicción de ser una líder poderosa (sobrina de Jesucristo e hija de Juan Bautista) exige un esposo destacado. Que no hayan correspondido a sus demandas los condena a los improperios que llenan de fuerte picante, insultante, sus escritos. Y a los políticos y periodistas que no han puesto ninguna atención en su obra. Ayer fue a El Día y le prometieron sacar hoy sus escritos y comentarios de sus libros, y hoy, al ver que no apareció nada, condena a  los periodistas de Cultura a lo peor.  

El tiempo de la prisa se puede pensar que es el tiempo del Demonio. (LA PRISA MATA). Eso pensaron y quisieron pensar los jueces ingleses que condenaron a Juana de Arco, que era una bruja. Los delirios de Juana y de Nguyen tienen relevantes similitudes. Las dos, iluminadas por Dios. ¿Yo qué pinto aquí? ¿en qué alegoría histórica podría ponerme yo? (la similitud fonética, usada bastante, entre historia e histeria, lo dejo entre paréntesis). El otro día en los documentales EL LADO OSCURO vi uno sobre José María de Cupertino, monje ignorante y tímido que en un templo, en una fiesta, se elevó en las alturas hasta besar la mano de María, que fue su primer vuelo. Dos veces lo juzgó la Inquisición por sospechas de estar endemoniado. La ignorancia de José de Cupertino recuerda a la del fraile de Gonzalo de Berceo que sólo sabía rezar el Ave María (el abad se burlaba de él por su ignorancia, y la Virgen castigó al abad por su soberbia y a él lo premió por la devoción que le tenía; los rezos variados del abad no tenían alma, era rezos hipócritas; el de ese fraile sí, era sincero). 

Ayer encontré casualmente Historia de Nuestra Señora de Candelaria, de Fray Alonso de Espinosa. Releí algo de lo que dice sobre los guanches. La muerte, la guerra y el matrimonio. Los nobles sólo podían casarse con nobles, y si no había entre ellos otras mujeres, se casaban entre hermanos. En las guerras, los guerreros adversarios paraban la batalla cuando las mujeres del otro bando iban a recoger a los suyos heridos o muertos. No tenían armas de defensa sino de ataque. En fin, muchas cosas que no está de más conocer. Espinosa se nutrió de lo que le contaban guanches que habían sobrevivido a la conquista. 

Y van a dar las siete. Ninguna de las dos llega. Anhelaba la sopa. No hay que anhelar nada demasiado. Puede que nunca llegue. Iré a Ibrahim a tomar una manzanilla.

***
Rectifico. Mi hermana llama para decirme que están saliendo de San Andrés y pasa por aquí. Nguyen me avisa que se prepara y viene.

No hay comentarios: