miércoles, 10 de febrero de 2010

José Rivero Vivas, tres obras...

La calva rosada

El eunuco

y

La ilusión

son la tres novelas que, este jueves día 11, José Rivero Vivas presenta en la librería Agapea (S/C) a las 7 de la tarde. Las obras han sido editadas en la colección Op.Rivas, que la editorial Idea dedica a nuestro autor.

A pesar de ser del mismo pueblo (San Andrés) conocí primero parte de su obra que al hombre. La novela La magua (editorial Benchomo), que leí estando en Gijón, no sólo me sirvió para conocer mejor San Andrés sino para descubrir a unos de nuestros más valiosos autores. De él me había hablado, en tiempos de la juventud, Isaac de Vega, que lo ponía como un autor clave, imprescindible, pero en esa época José vivía en Europa. Recuerdo páginas, en otras novelas, que hablaban de la vida de un personaje en Francia que tenían una fuerza, un intensidad, un humor ácido y una imaginería que, estoy casi seguro, Louis-Ferdinand Celyne hubiese firmado sin titubeos. Ya en las islas conocí a la persona, y por lo menos con este hombre, del que tengo la fortuna de sentirme amigo, el autor no defrauda a su obra. Es un hombre afable, expansivo, con un sentimiento inabarcable y, sobre todo, un maestro. En el sentido profundo del título maestro. Ya lo había sido en mis lecturas de alguna de sus obras, y ahora lo es en persona. En lo particular y en lo general, un maestro, ni más ni menos.
Leía la novela Divisa de Anatolio, que empecé hace poco, cuando me cuentan que sufrió un mal soplo. No me lo pude creer. Su edad no le impedía ir todos los días a la playa y darse un baño, en verano o en invierno. No disimula su edad pero su energía era la de un hombre joven. Afortunadamente se está recuperando. Quizá lo pierda un poco la pasión, y es una lástima, porque su pasión transmite esa iluminación que está ahí como motor de las palabras. De todos modos se recupera. Su bondad, en el buen sentido de la palabra bueno, no lo hace ajeno a una dosis aceptable de picardía y saber enfrentarse a los obstáculos.
No creo en los premios. Han dejado de tener el honor y la honra que tuvieron en la antigüedad. Pero si alguien merece hoy, ser ampliamente conocido y reconocido, por lo pronto aquí en su tierra, en Canarias, es mi amigo y maestro José Rivero Vivas.
Bienvenidas sus nuevas obras, y un fuerte aplauso a este tramo de oro de la editorial Idea.

3 comentarios:

Anghel Morales García dijo...

Muy bueno Jesús. Gracias por mojarte y apoyar a un amigo y a un gran talento literario, no esperaba menos de tí. Creí en Pepe y su obra cuando me pidió presentar su novela "El Heroe de Valamor", también ambientada en su San Andrés Querido. También como tu conocí primero la obra que el autor y si su obra es genial, todavía gana en el cuerpo a cuerpo, su sabiduría es tremenda, su dialogo fluido y es de esas personas con las que uno puede hablar días enteros sin cansarse, va de la literatura al fútbol, pasando por la política o lo que haga falta. Creo que la literatura canaria tiene una deuda con José Rivero Vivas o con Pepe, porque es un hombre que pese a los palos ha creído en si mismo y ha dedicado su vida a la literatura, ha renunciado a buenos trabajos que mejoraría su vida, solamente por escribir.
La obra de Pepe, está en su mayor parte a defender a los marginados, a los desfavorecidos, a los necesitados, aquellos a los que la vida ha vuelto la espalda, personajes ingeniosos, inteligentes, sabios. Pero al final, el único personaje de la historia es Pepe, la única estrella de la película es don José y el único director de la trama el señor Rivero Vivas.
Me congratulo como tu de ser amigo de Don José Rivero Vivas y de poder disfrutar con su obra.
Nos vemos en Agapea, Jesús.

Ramón Herar dijo...

Yo, sin embargo, tuve el privilegio (así lo considero) de conocer primero a la persona. Conocí a Pepe Rivero en la tertulia improvisada de una de las terrazas del Parque García Sanabria. Fue hace tres años, durante la Feria del Libro. Allí estaba yo con cámara y trípode en mano preparado para inmortalizar la presentación del primer número de la revista La Puerta. Para ello estaban preparados Cándido Hernández, Alberto Linares y Jesús R. Castellano. La cosa prometía. Recuerdo que ante la falta de urbanidad de los antedichos, tuvimos que presentarnos nosotros mismos (no importa, quedan perdonados, ja ja). De inmediato reconocí a una gran persona y a un gran escritor de larguísimo recorrido. Me contó algunos de sus avatares para la publicación de su obra, pero que ahora estaba a punto de publicar una de sus novelas con Baile del Sol y varias más con Idea, y alguna otra más pendiente de encontrar hueco en la agenda de Benchomo. Mucha obra y muchos años de sacrificio, y allí estaba, jovial, amable con todos y siempre tremendamente pedagógico. Me encantó ese encuentro. Más tarde, todos los preparativos para la presentación de la revista en la carpa de la Feria y yo con todo mi aparataje en plan reportero, cuando vuelve a acercarse Pepe, diciéndome que a ver si le podía sacar una fotografía más o menos decente, que la necesitaba para la solapa de su novela con Baile del Sol y no tenía ninguna. ¡Faltaría más! Contesté yo, y allí mismo, aprovechando un fondo negro estupendo para la ocasión, quedó retratado. Sólo espero que el resultado le haya hecho de justicia. Para esta noche, igual me animo otra vez. Un abrazo

quico dijo...

Pues no conocía a este hombre, pero después de leer todo esto que han escrito ustedes sobre él, voy a empezar a leerlo, el próximo libro que lea será de José Rivero Vivas, eso cañon, aprovecharé el viaje que tengo que hacer el sábado a S/C y espero encontrar algunas de sus novelas en la primera librería a la que me acerque, saludos Ramón, saludos Jesús.