sábado, 20 de febrero de 2010

mujeres

Hoy, viendo fotos de mujeres del Ejército israelí (blog del vecino judío) se me quitó el anti y me he vuelto de nuevo favorable a la estrella de David. Como he sido siempre, desde que oí las canciones sefarditas que cantaba Joaquín Díaz, desde que me interesé por la Cábala y las letras hebreas.

La otra noche negaban la inteligencia y el humor de los judíos. No sé si Albert Einstein copió la teoría de la relatividad del mismo modo que García Márquez copió la Historia de un náufrago. Pero copiar es un arte, como podar. Nadie inventa nada, todo está inventado. El único truco es saber ver y sacar a flote. Y escoger, cortar lo desechable y elegir lo que tiene sabor. Eso es lo que tiene la mujer árabe y la bereber, sabor. No tanto como la mujer negra africana, pero se acercan. También tiene sabor la mujer judía, pero en el trato ponen entre tú y ella un jeroglífico, por lo menos las que he conocido. Las chinas, en cambio, son sencillas como una flor silvestre. El bueno de Nietzche estaba en la inopia filosófica, nada tiene que ver la china con la judía. Por lo menos las que he conocido. De la mujer japonesa no puedo hablar. Sí de la inglesa, y de la escocesa, y de la francesa y de la alemana. A la alemana la conocí en un viaje en tren de Cádiz a Madrid. De noche. A la luz de una lamparita del vagón, de aquellos trenes antiguos que traqueteaban sobre las vías y las ventanillas podían abrirse; la alemana leía un libro de Henry Miller, y yo leía el mismo libro. Yo estaba enfrente de ella, rodillas con rodillas, y cambié de sitio, me puse a su lado y comprobé que leíamos el mismo párrafo:
"La música siempre la necesitaremos ... Pronto no habrá arte en absoluto, te lo aseguro ... Joder, cuando veo lo que los abogados y los jueces intentan preservar, me dan ganas de vomitar. La ley no tiene la menor relación con las necesidades humanas: es una estafa perpetrada por un sindicato de parásitos ... Nos levantamos en medio de una niebla y nos movemos torpemente por un túnel oscuro y con resaca ... El barco se hundirá. Créeme."
Buscamos otro párrafo sin pensamientos de mierda y más narrativo. Ella lo leyó en alemán, yo lo leí en españo. Cuando llegó a su destino, un pueblo de Toledo, me dijo que vivía sola y que pasara la noche con ella. No aprendí alemán, pero conozco su música.

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