martes, 3 de septiembre de 2019

--... calatayud, zaragoza, después pasé por soria y ahí me llama un compañero cuando vuelvo tenía dos meses para incorporarme y me dice la empresa tiene dos meses porque no me dejaron ir a francia me negaron el pasaporte porque tú no sabes las historias que tengo yo en tan poco tiempo tengo un montón en capitanía estuve de escribiente y en la legión me apunté porque me tomé ocho optalidones y luego otros cuatro supermán y me apunté y como yo era el tío que sabía escribir a maquina terminé en el servicio de inteligencia del ejercito mira tú las cosas que pasan en la puta vida y  mi padre franco hijo puta porque yo estaba amargado y el viejo echando leche con franco y llamó a mi tío que no se llevaban muy bien pero bueno y fue Arencibia el que estaba en el cómo se llama servicio de inteligencia ahora no me acuerdo...
y no calla. ahí al lado en la mesa. me dijo que no creía en el tarot porque un brujo que hacía vudú no sé qué y hay por ahí unas cuantas cartas del tarot y le hago el juego de las tres cartas, en plan compadre, y sale que es un hombre templado beneficiado por el oro, la paga que tiene, y perjudicado por las copas de más y me está viendo enfrascado escribiendo y no para, ni lo miro pero él habla y habla
--... y llega el teniente y dice ese qué hace ahí...
la historia de la mili.
intento pensar en el soldadito de plomo, a ver si puedo seguir oyendo a este plomo que estuvo en la legión. El caso es que me acuerdo de la historia de su vida militar que me contó mi padre una noche. Otra noche me hice con un cuaderno y un boli para copiar el cuento, que me lo contara otra vez. No pudo ser. En fin, a ver si este se calla. Este es un barrio de locos. Uno soy yo, otro es la mujer gomera que sabe cantar y otro este hombre que no para de hablar, no sé si cobrarle. Si voy ahora y le dijo
--Media hora escuchándote, 20 euros. Otra media hora, 60 euros.
No le digo nada. Soy el único cobarde en esta tierra de valientes.
--Después ya no podías cambiarte de nombre en la legión. Yo llenaba la ficha y la mandaba al jefe de la policía del servicio de inteligencia, y anotaba si tenía familiares de izquierda o delincuente azul, delincuente de poca monta... y había un cabo que parecía un angelito, el cabrón estafaba a la gente, a los legionarios nuevos, cuando veo la ficha digo, vaya, el cabo gallego, y me enteraba de la vida dél enteramente... los oficiales trabajaban hasta las dos de la tarde... a mi me gustaba abrir los expedientes, ideológicos y políticos, yo ya tenía idea de izquierda, y un tio por ignorante casi mete la pata, él estaba el cartografía y había un capitán chusquero que no oyó porque si llega a oór, y el tío me dice hola comunista, y tuve que decirle lo que estaba en el expediente. Vamos los dos pal castillo y pal consejo de guerra y nos van a meter, tu y yo no nos conocemos, era bastante ignorante...

Le digo que el capitán chusquero a lo mejor lo oyó y se hizo el sueco y ya empieza con la biografía del capitán. Le digo y es verdad que me tengo que bañar para ponerme la inyección y bajar a hacer una copia de Barrio Chino. Tal vez recuerde lo que me contó mi padre una vez.

No hay comentarios: