martes, 24 de septiembre de 2019

--A ver el retrasado este, le doy una patada en la cabeza...

--Caminando, porque si no, no llegamos.

--Yo lo que no es mío, no lo quiero.

Son frases del día. La primera de un albañil en los andamios, uno que entretiene el trabajo de los otros contándoles sus aventuras. Las cuenta bien. Muy bien. Es agradable oírlo. Es el menos que trabaja pero el que más ayuda a que el trabajo sea llevadero.

La segunda es de Esteban el cazador, caminando hacia la escalinata de Ibrahim. Parece una frase del montón, de perogrullo. No sé. Nunca se llega. Ni aquél personaje de Kafka llegó al castillo ni Juan Matus llegó a Ixtlan.  La diferencia entre uno y otro es el camino. Un camino desalmado o un camino animado. El del brujo yaqui es un camino que tiene vida, que te da el gozo de vivir, y el otro lo que tiene es muerte, te quita las ganas de vivir.

La tercera es del fontanero, que vino hoy. En moto. Es la más inquietante. Quien es honrado no lo anda proclamando. Quien no lo es, lo proclama para parecerlo.

--Si hace el trabajo, el dinero es suyo. Si se lo queda, que dios lo bendiga --le dije. (No sé cómo cuadrar esta contestación). 

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