lunes, 7 de septiembre de 2020

La colega de Charco del Pino (que ahora me tiene bloqueado por culpa de unos calzoncillos) acertó en el estilo que he usado en este lugar. Escribir en primera persona pero sin ser yo el personaje principal, sino hacerlo como un testigo que de lo menos que habla es de sí mismo, aunque bien pensado, lo que ocurre alrededor de uno, lo que uno ve, oye o huele, también forma parte de uno mismo. Yo soy yo y mi circunstancias, decía aquel, y yo estoy de acuerdo. En cualquier caso, pienso en el uso de la primera persona en la ficción narrativa. El hoy casi olvidado o relegado Henry Miller, es el ejemplo que me llega ahora de primera persona  relacionada con el autor, en la que el narrador y el autor se puede decir, grosso modo, que son la misma persona. En otras novelas --cortas, las que recuerdo ahora-- el narrador es un invento. El túnel de Sábato y La casa de las bellas durmientes de Kawabata.

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Sibi me manda una foto, de ella y de mi nieto. Ya soy abuelo.


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