lunes, 8 de marzo de 2021

 El sueño tuvo dos partes. En la primera Wang era el barman del Castillo. Bar Castillo. Cobraba los rones, un ron muy bueno. Nacho (un amigo en Gijón, ya desaparecido) se quejaba de que los cobrara. Pues si no quieres pagarlos, no bebas. En el sueño Wang no era ni simpático ni antipático, estaba ahí. Fue quien me dejó las cartas para echar el tarot a una chica que me besó, lindo beso. Las cartas estaban un poco trastocadas y con la intervención algo molesta de Nacho, fue una tirada algo chabacana pero efectiva. La muchacha después de un periodo de burlas, después de una larga miseria, encontraría un hombre favorable y tendría riquezas. Dicen que en los sueños todos los personajes son reflejos del soñador. Yo no diría tanto. Los personajes que llegan de la realidad, también son ellos, tal como los vemos, los vivimos. Los anónimos, gente que no has visto nunca y aparecen en el sueño, sí puede ser que sean reflejos de quien sueña.

No me molesta lo que digan de mí. Equivocado o no. Pero sí de mis amigos. Los amigos forman parte del núcleo sagrado de la humanidad que nos rodea. Alguien comentó una vez que me gustaban las orientales, porque ponía cosas de Thuy en fb. Me gustan las orientales, las indias, las negras, las blanca, dicho así deprisa, porque no todas. Hay quien te atrae y quien no. En la cuestión sexual la mujer que más recuerdo era de Nigeria. Desapareció de la noche a la mañana. Me pidió que le arreglase los papeles. Lo intenté con un sindicato y no hacían sino darme largas. Entretanto, desapareció de Gijón, no sé si deportada o la mafia que la "protegía" la llevó a otra ciudad.

Escribir aquí, olvidado de quien lee o no, es saludable. Psiquiátricamente saludable. En parte, es como si arreglara cuentas conmigo mismo. No pretendo más. En cambio, trabajar en Vertical me está costando mm de salud. Primero, porque he cambiado la noche por el día. Con periodos de nevera, de estar en el congelador, el trabajo que llevo en esa obra el año que viene cumple 40 años. Mucho es. Pero ha sido una suerte no haberla publicado. Es ahora cuando he cogido el hilo que necesitaba, y he visto lo que sobraba. En fin, espero que no me mate, por lo menos antes de sentirla más o menos concluida.

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