miércoles, 25 de mayo de 2022

 --Nunca se ha visto un mero rojo. Tendría que haber cambiado de pez, un alfonsiño, quizás, i una fula de la hondura... un pejeperro mejor --me escribió Ramón hace días para indicar este fallo de realismo en La gesta.

Hoy me enteró que sí hay meros rojos. Le escribo:

--Sí hay meros rojos.

Contesta estoy esperando. Ramón es uno de esos tipos a los que, según Jung, les cuesta bajarse del burro. Después del cherne de Puerto Santo llega el mero rojo de La gesta. A lo mejor en la próxima novela de Juan sale un peje burro, con Ramón cabalgando en él, como esos personajes de los cuadros de Néstor de la Torre. Tendré que buscar ese pez. Ver si el tamaño permite a un semejante jinete. Y el color. 

*

Doy por concluída Barrio Chino. ¿Se la paso al editor? Deshojo una margarita. La maceta con la margarita que me regaló Jely está poblada. La adelfa, en la parte de arriba, está también poblada de flores. Casi rojas. Son como nubes sobre los aloes. La planta venenosa sombreando a la planta medicinal. 

Se va mayo. 

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