viernes, 6 de mayo de 2022

Vuelvo a la casa de doña Candela. Lo que más me atraía de aquella sala era un reloj de péndulo. Eso y las tetas de una de las cancamistas. Esta mujer vivía al lado y compartía con doña Candela el patio de atrás. No le hacía falta salir a la calle. Entraba por la puerta del patio. Por eso iba ligera de vestido. Su único atuendo era un falso transparente. Especialmente aquella noche estaba doblemente transparente. Olvidé el péndulo, la tele y me babeaba como un bobo concentrado en sus tetas. Cuando llegó el feriante, la mujer del que luego llamó por teléfono se fue de la sala y se metió en la habitación donde doña Candela entró también, a cambiar las sábanas. La del falso terriblemente transparente se hizo la fatigada y mandó a la otra que quedó sentada con ella a la cocina, necesitaba una manzanilla. Me miró, me picó el ojo, me enseñó la punta de la lengua, la bailoteó y me dijo que tenía unos colorines para mí. Que fuera al día siguiente a buscarlos. Me iban a gustar. ¡Colorines! Yo a esa edad lo más que me gustaba era leer colorines. Me puse contento. Oímos el teléfono. Total, que doña Candela me dio instrucciones. Lo que tenía que decirle a aquel mariodo, cuando me hiciese el encontradizo. Una bobería. Que había visto a su mujer en el puente Zurita, mirando en la puerta de la farmacia el letrero de las que estaban de guardia. Sin más, bajó la calle como un tiro, pasó de largo sin detenerse a tocar la puerta de doña Candela. Derecho a la farmacia del puente Zurita, a mirar las farmacias de guardia. 

Comó fue el resto de la cosa me enteré una semana después. Estuve más entretenido mirando colorines, Y el falso de quella mujer era de una tela muy suave, muy agradable.

    

1 comentario:

Agustín Robles dijo...

Hola, Jesús.

¿Podrías decirle a J.L.García Martín que desde que ha cambiado su sistema de comentarios algunos no podemos comentar en su blog, aunque obedezcamos a las reglas de Google-Blogger (yo no puedo escribir nada en el espacio dedicado a escribir un comentario)?

Gracias.