domingo, 17 de enero de 2010

libros y políticas

Cuando hablo de la casta política, no es prudente olvidar que todo desierto tiene su oasis. En el caso de mi mirada, no sé aún si oasis o espejismo, pero donde veo verdor es en Dulce Xerach. Espero que mi devoción por la política no me haga perder la razón. Es decir, la humana naturaleza de sacar algún beneficio de lo que haces o dices, beneficio económico, sentimental, intelectual o creativo, o los cuatro a la vez. En lo económico, que me contrate de corrector para arreglarle un poco los signos de puntuación; en lo sentimental, es una mujer que me despierta ternura, aunque también me despierta ternura Ana Oramas. Pero Ana Oramas está distante en su preocupación por salvar la españolidad isleña. Dulce Xerach está más lejana de esa preocupación. Está más en lo intelectual y en lo creativo. Si yo siguiera los consejos de la razón, más me convendría Ana Oramas. En fin, que en todo esto me hizo pensar Carmelo, en el bar Castillo. Carmelo ha reaparecido después de mucho tiempo en el hospital. Una noche fue a saltar al barco, cuando ya zarpaba, y se estrompó.
--A la tumba no te llevas sino la amagura --le decía a Jose, ex barman que está pintando ahora el bar.
Nos invitamos a una copa.
--A veces esto es sólo para poder dormir... llevo cuatro días que no me baño... ¿acaso no soy yo una personita que tendría que bañarse?
Cuatro días llevo yo buscando un librito de Roger Wolfe. Uno que llevé a la radio un día, cuando iba Orlando Cova, y Orlando se puso furioso cuando leí una cosa de Roger que decía que con el pueblo había que tener cuidado, que eso del pueblo como valor era una puta mentira, una puta mierda. Orlando, vocero del pueblo, montó en cólera. Luego, cuando supo quién era Roger Wolfe, se le quitó la cólera. El caso es que no sé quién se mamó el librito. Alguien tuvo que ser. Alguien que odia que me dedique a escribir. Pero los libros que tengo a mano, los que aprecio releer, desaparecen. Menos mal que el Diario de un abogado mundano lo dejé cerrado en el armario antes del mi viaje a España. Todavía está allí.

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