jueves, 21 de enero de 2010

más de la radio

El último programa sigue trayendo comentarios. Esta vez sobre la primera parte del mismo. Leer la última entrega de Azena, enlazada a este blog.
En cuanto a la independencia, por mi parte tampoco es una preocupación que ocupe un primer plano. Y tampoco defiendo todo el afán idependentista que está corriendo por ahí.
Nunca he estado en un partido político (bueno, miento: estuve hace siglos primero en las Juventudes Comunistas y luego en el FLN. En las Juventudes, más que la política en sí, que no me interesaba demasiado, me metí por interés, por el ambiente expansivo que allí se respiraba en aquellos tiempos. Pero como soy un osado, y genio y figura, escribí un artículo sobre el ocaso del marxismo. No me lo publicaron. En el FLN sí hubo una implicación política más seria por mi parte. Mi militancia duró hasta que tuve una pelea con otro militante, porque me llamó traidor. Hoy todos los días, Chani me llama traidor y la verdad es que ni me inmuto. Más peligrosos son sus ensayos de kung-fu bailarín. Hoy se le fue la mano y casi me deja seco con un golpe en el cuello, en la Tasca El Asunto. En fin, una vez en el bar Castillo lo libré de que un contrincante le rompiera la cabeza con una papelera. Mejor fue su época en la radio. Pero es un batata y se retiró del micrófono.
En fin, volviendo a la radio. Mi estrategia allí dentro ha sido entrar en los temas que más apasionan a los que están conmigo y procurar que la cosa sea como una conversación de bar. No soy un profesional y no hay más truco. Y nunca me tomo las cosas como asunto personal sino como motivo para reflexionar sobre lo que estemos hablando. Por lo demás, ni independencia ni otras ideologías. No tengo ideas fijas. Lamento que José María Lizundia se retire, porque tiene gancho y porque te obliga a discutir saliéndote de los clichés y de la retórica anquilosada. Opiniones de oyentes hay a su favor y en contra, y los oyentes son los oyentes. Recuerdo que cuando actuaba solo me comportaba como si no hubiese ningún oyente al otro lado de las ondas. Curbelo, el jefe, decía que yo era un cavernario que salía de la caverna los martes y después del programa volvía a la caverna. Algo de razón tenía. Y por ahora, si pudiera pedir algo, en relación con la radio, es que el amigo Lizundia dé vuelta atrás, y si entramos en un etapa de kung-fu bailarín, pos entramos y como entramos salimos. La vida, como dice Campanilla, está pa bailar con el gozo de esos días que no están nublados y no desfallecer, sino saber esperar, cuando hay niebla.
Y de San Andrés no hablo ahora. El pueblo merece una historia, con los acontecimiento de ayer, que a lo mejor tiene que escribirla un colega, no yo.

2 comentarios:

Azena dijo...

Me saca de quicio la forma de hablar de algunos. Y me encanta que me saquen de mis casillas, porque me obligan a pensar y a investigar y porque sólo cuándo salgo de mi rutina encuentro las palabras para escribir.

campanilla dijo...

Esa famosa palabra
que tanta guerra está dando
que sepan que aquí en Navarra
no la están utilizando

Jamás en mis tantos años
y ni siquiera en la escuela
a Canarias la estudiamos
como si colonia fuera

Colonias que tuvo Francia
colonias que tuvo Bélgica,
colonias que tuvo España
pero aquellas en América

A Canarias la entendemos
como otra comunidad
y así mismo la queremos,
ni son menos, ni son más

Canarias como colonia
sólo por definición
yo no creo en esa historia
del señor maltratador

No piensen que solo ustedes
se sienten abandonados
por gobernantes peleles
y que los tienen ahogados

Su sentir es compartido
por otras comunidades,
que un gobierno sin sentido
no les da oportunidades

Respeto sus opiniones
aunque algunas no comparto
y creo que las naciones
mejor están en compacto

En los tiempos que se intenta
tener globalización
creo que la independencia
no es la mejor opción

Con esto sólo pretendo
expresarles mi opinión
por supuesto que no intento
tener toda la razón

No quiero que se me enfaden
que no soy la "goda" lista,
pero yo, como Lizundia
también soy españolista.