viernes, 1 de enero de 2010

Llegada

Ya otra vez estoy en San Andrés,
queridos amigos del alma.
No es esto un vergel
pero hay mar y hace calor.
Ganas de que lleguen las doce
y acostarme a dormir
es lo único que deseo.
Estar con refriado en Madrid
es perder muchas cosas bellas.
Otra vez será, pues temo,
amigo, que todavía tendrás
que soportarme un buen y largo rato
en esta azarosa jornada que llaman vida.
De cómo encontre al pueblo
nada te quiero decir.
Thor agradeció mi llegada
y movió su rabo
como el de una lagartija
cuando un chico malo se lo corta.

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