martes, 18 de junio de 2019

Es de la época del latín, creo, eso de que la literatura tiene dos funciones principales: entretener y educar. Yo lo reduzco a una: entretener. A lo mejor no te educa sino que te ayuda a ser un golfo, como en aquellos versos de François Villon (cito de memoria, de mala memoria).

Quédense ustedes con la honra y el honor.
Yo no quiero ni una cosa ni otra,
Vivo contento con mi puta, mi deshonor y me deshonra.
Si ella llega después de un mal día, sin traer dinero a casa,
no le dirijo la palabra y duermo en otro lecho.
Si al contrario, trae dinero fresco y abundante
comemos y bebemos y nos tiramos uno encima del otro
y nos insultamos entre risas y empujones.
Ella me dice así así, mi amor, y yo le digo que es la mejor
y la más bella de todas las putas de París.
Quédense ustedes con la honra y el honor.
Yo me quedo con mi puta y las noches
en que llega a casa bien surtida.

Poema nada apropiado para estos tiempos feministas. Que necesarios eran, no confundan.
+
A cuenta desto
La polémica en facebook ha sido por una ya célebre antología de autoras españolas que no incluye a ninguna de Canarias; ninguna canaria ha defendido no ser española y ni querer estar ahí. Todas las que saltaron al trapo, se comportaron (en mi apreciación de la realidad) como el hada 13 del cuento de la belladurmiente. La polémica la avivó el periodista crítico Jerez, en contra de las poetas protestantes. Las llamó poco menos que mierdas provincianas. Como François Villon, a los defensores de la honra y el honor. Las Mil y una Noche (lo dijo Borges, no yo) tiene la génesis en la literatura de albañal, de prostíbulos, malas lengua, estilo de verduleras. En Ibrahim yo estoy acostumbrado a este estilo, aunque allí se usa de un modo cordial. Si es educado o no Jerez llamando mierda a las personas, hay que pensarlo mucho. Como insulto, hay que reconocerlo, hace daño. Como literatura es su estilo. Y lo domina. Borges, otra vez ese hombre, reflexionaba sobre la manera educada de proferir un insulto. Es más dañina aún. Dejas al otro desarmado, comprendiendo lo que estás diciendo pero sin saber qué responder. En ese caso, si te hierve la sangre, aplicas el dicho asturiano: para qué vamos a seguir hablando si podemos resolverlo de otra manera. A trompada limpia.

¡Cómo se dirá en vietnamita!


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