domingo, 10 de mayo de 2020

Días de incertidumbre mental. Ocurre cuando el pensamiento va por un lado y el sentimiento por otro. Es lo que le pasa a Jasvert cuando no detiene a Jean Valjean. Es un policía estricto, su vida y su corazón es la Ley, servirla y hacerla cumplir. Pero su conciencia desde que Jean Valjean, en vez de pegarle un tiro, le desata los nudos que lo aprisionan y le dice que se vaya. Hubiera preferido un tiro. Así que cuando es él quien tiene en sus manos al fugitivo de la Justicia, su conciencia puede más que su deber; su sentimiento, más que su pensamiento. A mi me ocurre al revés. Es el sentimiento el que me aturde. Con el pensamiento, nada tiene importancia, y en todo caso lo malo que te llega es el pago de lo malo que hiciste.

Pero la naturaleza vengativa hay veces en que está por encima de toda consideración. Si hay fuerza física, no es del todo perjudicial centrarte en la estrategia de la venganza. Sin embargo, cuando el pobre cuerpo ya camina sus últimas leguas, el impétud vengativo es un ridículo desgaste.

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