Las coplas que tú me mandas
me dejan con desconsuelo,
es como hablar de camas
y estar durmiendo en el suelo
Una medio conocía.
se la oía a Venanceo,
que no tenía retórica
y hablaba del conejo
Los conocí de estropajos
y de lino suave y tierno,
estos para el verano,
aquellos para el invierno
No hay mujer más ingrata
que la que vive muy lejos
y más la que vive cerca
y no me da buen consejo
Pasar sed junto a la fuente
es también mi condena,
para qué quiero las aguas
si ni una gota me llega
El que llegó fue el amigo ... Amargado de la vida.
--¿Por qué me hacen esto si yo soy más bueno que el pan?
Nicolás y yo oímos sus quejas.
Nicolás le puso por la mañana medio tomate a los lagartos y un tarro con agua, y ninguno se acercó ni a comer ni a beber.
La vecina galante pasa y dice que está padeciendo ansiedad.
Ansiedad... ¿estará sufriendo lo mismo que yo? Mayo se va y no ha llovido.
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