domingo, 17 de mayo de 2020

Hace cuatro días tuve un sueño (casi pesadilla) que me dejó apesadumbrado, inquieto.

Tal vez copie aquí en otro momento los garabatos que escribí al despertar.

La familia quería matarme y tuve que huir. Pero habían contratado a unos sicarios.

Ya me tenían atrapado, buscando un lugar donde darme discreta muerte, y no sé cómo logré escapar. Y me convertí en perro. Se dieron cuenta de la transformación y me perseguían.

Logré burlarlos porque en el camino de la huida encontré a otro perro, despreocupado, igual que yo, la misma raza, y los asesinos lo confundieron conmigo.

Ya a salvo, me convertí otra vez en hombre.

Los cambios de clima a lo largo del día, y la novia, me han tocado el cuerpo. Primero el sueño me toca el espíritu, me lo debilita, y ahora le toca al cuerpo. Lo que me jode es morirme sin haber arreglado mis cOSAS,

Espero que no sea cuestión de una hora, como en el romance "una hora tienes de vida", sino un poco más.

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