miércoles, 20 de junio de 2018

La sangre sucia de la menstruación de mujer y el vino es lo que me intriga. Mi escritora amiga de Charco del Pino es quien me despertó esa curiosidad con su relato en que cuenta el episodio de una mujer que entra en la bodega y el vino, en lugar de estropearse, sale mejor que otros años. No sólo me dejó con la intriga del relato, que en mi imaginación comienza con la Última Cena: Bebed, porque esta es mi sangre.
Los hombres, en el cuento de mi amiga, por esa regla de tres, están bebiendo la sangre de la mujer que ha entrado en la bodega.

Por ahora, sólo veo a Ignacio Gaspar como el autor que sepa hacer ese cuento y que sea creíble. La tierra del Sur y la palabra del Sur antes de la infesión del turismo, es la literatura de Ignacio. Y la tierra es la mujer. Tampoco está en Baile de tapados un episodio que le leí en un borrador: la calentura de María Cahína, su hambre y su sed de hombre, de uno en concreto.

Hoy la directora de escena de La cantante calva fue al club de lectura, y se sentó al lado mío, y comencé a sentir su calor de hembra y su favor de mujer hacia mí. Que cuente esto sé que a ella, de mente amplia, estudiosa y enemiga del patriarcado, le agradaría saberlo. La seducción es virtud. A los dos nos interesó la novela actual ("Victoria", de un autor francés, en Anagrama) por lo mismo. Dos desconocidos que pasan "cinco horas haciendo el amor" en la habitación de un hotel de lujo y allí se van conociendo.
--Cinco horas haciendo el amor, eso es imposible --le dije yo.
--Estás equivocado. Es posible. No sólo es la cama, el sofá, también la cocina, hacer algo en la cocina...
Joder, me convenció.
No son sinónimos follar y hacer el amor. Hacer el amor es también descansar para el bocadillo, como en el cuartel
En fin, luego en el paseo por la ciudad dos mujeres. Una que me recuerda un cuadro del renacentismo italiano. No, no quiero pintarla. Nadie supera el cuadro del italiano. Pero no me importaría salir de este mundo y cambiar de galaxia con esa mujer. Por lo pronto, le dije a la directora que en la obra hay violencia
--Sí, pero... --la asusté con un monosílabo--, no, así no, más suave.
Violencia suave. Eso es un oxímoron. Esto no se lo dije. Le dije hasta el viernes, día del ensayo, y me fui con la de La Palma. Está casada.

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