jueves, 7 de junio de 2018

No es no tener lectores o tenerlos. Es escribir sin  que eso importe. En el otro lado, facebook, uno está haciendo literatura. Literatura, entre otros rasgos, es hacer de una verdad una mentira y de una mentira una verdad.
Aquí si todo no es verdad, si no hay juego literario, me conformo. No vas a salir al mundo a decirle que te sientes como una hoja marchita, a punto de caer de la rama. Los pensamientos ya no son de hoy sino de ayer, y se han convertido en cartón piedra. Los sentimientos... ni yo mismo me creo que ya tenga sentimientos. Bueno, un poco sí: en cierto modo siguen alegrándome la fortuna de los míos y lamen sus malas suertes.
 El cuerpo es pólvora mojada, sin otro anhelo que encontrar otro cuerpo, caliente y no marchito. Como una aguja en un pajar. No sería difícil encontrarla. Si tienes un imán a mano. El imán sería una mujer. Pero no todas me valen, y me temo que yo no le valgo ya a ninguna de las escogidas en mi imaginación en barbecho.
No debí haberme casado. Fue por amor pero también por miedo. Necesitaba la protección de una mujer. Y es lo que necesito ahora. No hay más verdad que esa. Pero si aparto el deseo, es lo que más busco en una mujer: la protección. Ese calor contra el frío, ese techo contra las nevadas...
Los amigos se han escabullido y han hecho bien. Yo hubiera hecho lo mismo.

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