martes, 5 de junio de 2018

Tengo que encontrar un sitio donde el trabajo me sea favorable. El sillón donde duermo la siesta me deja aturdido. Era donde antes dormía. La habitación de arriba es más saludable, entra el aire y le da más el sol. Un cabecero no me vendría mal. Buenas relaciones de miradas y sonrisas tengo con la vecina de frente a la platanera. El otro día limpiaba la ventana de su habitación, también en el piso de arriba, y era un primor verla mover el trapo de quitar las cagadas adheridas al pvc de la ventana. El pvc debían prohibirlo, como las planchas... de eucaliptus no, cómo se llaman esas planchas tóxicas. Bueno, la vecina, Lilí voy a llamarla, estaba enfadada porque para ella eran cagadas de ratas. El vecinito del edificio de enfrente, el que tiene una escopeta con mira telescópica y que mató ayer una rata de un disparo en los parterres de la calle, le decía que no era cagada de rata sino de perenquén. Hoy la vi, en Ibrahim, en una mesa, sentada con el marido forzudo, el que un día trajo una escalera de hierro y evitó que se me quemara la casa... También estaba otra, en la barra, esta sin macho definido, muy atractiva y buena contadora. Primero habló de la farola en la que estampó el coche, cómo un hierro se metió entre las ruedas... y la dejó sin coche recién comprado, y luego habló de dientes, de muelas, de colmillos, de arreglos, de defectos...
--Los dientes tienen memoria.
Me dieron ganas de arrimarme a su conversación y preguntarle por mis dientes, que memoria pueden tener, memoria de espejos sucios, como en el poema de hoy en feibo de Belén Valiente. Es curioso, buscas Belén Valiente y salen tres. En las otras dos no he investigado. En la poeta de Santa Pus sí. Curioso lo que pasa en su libro Nudismo. Las historias son tristes. metáforas negras, lágrimas amargas, contadas con valentía, sin tapujos, pero con velos que envuelven el baile del sonido de las palabras, y sin embargo el oído percibe esos poemas como cantos de gorriones o mirlos o... Y los que ha publicado en la pantalla, esos sí están desnudos, ya no hay lágrimas negras sino una mujer que enseña los dientes y dice estoy aquí, tímida y desenvuelta, caliente o fría, húmeda o seca... Y tiene poetas que le han hecho poemas, y no puedo decir que también no le he dedicado algún verso.

En fin,
El militante artista de Podemos hoy se me fue de un grupo de wasap que ya está casi parado. Digo yo y dicen los toltecas que cuando otra persona te chirría, es que tiene algo que tú también tienes y no quieres verte. Me chirría ese artista. ¿Qué tiene él que tengo también yo? No cumplir con la palabra, no ser considerado con quien lo ha sido con uno, defender grandes causas con la boca grande y con la causa que tienes al lado mirar para otro lado. Proceder infame. Por algo no me convencía este artista. Me chirriaba antes de que demostrase que es un falso, y como todo el mundo, muy solidario de boca para afuera, pero voy a lo mío que es lo importante.
La teoría hay que precisarla. Lo que te molesta es que el otro tenga mucho de lo que tu tienes poco. El sentimiento que despierta está familiarizado con la envidia.

Caso Aroma Profundo.
Todas las puertas cerradas. Quizá sea mejor así. Pero sé que no es mejor así.

Caso Baile de tapados. Marcada a la mitad...
Caso novela de Jordi. No he pasado de la mitad del segundo capítulo.
Otro caso, de selección de texto. Despacio y cuesta arriba.
 

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