domingo, 26 de abril de 2020

¿Puede una persona que se hace una idea de otra persona, esclavizarla? Un padre que presume --el ejemplo es burdo-- de que su hijo es buen cristiano y va a misa todos los domingos. Lo está condenando. Puede que su hijo hasta ese momento vaya a misa, por razones no espurias, porque le nace; pero a partir de entonces se sentirá obligado a ir a misa, aparentar para que su padre siga teniendo una buena opinión sobre él. Hasta que le llegue la edad de matar al padre y acostarse con la madre.

Pero también es posible esclavizar con el pensamiento, con la mirada. El maldiojo puede que tenga mucho de leyenda, pero una mala mirada perturba al más santo. Incluso el pensamiento secreto, donde no hay gestos ni señales que delaten al pensador.

El otro día, bajando la escalera a la sala, me acordé de un individuo, muy famoso, que en otro tiempo me perjudicó. A veces olvido que nada tiene importancia, y que nadie merecemos la pena. Total, que recordando a ese sujeto me entró la rabia y deseé que enfermase (mala cosa, esta clase de deseos deberían evitarse, por egoísmo, porque son como tiros por la culata).

Enciendo el ordenador y la primera noticia que vi fue que tal individuo estaba ingresado grave en un hospital, Casi como King-Un, el líder norcoreano.

Algo debí de heredar de mi bisabuelo el brujo de Güímar. Si no, no me lo explico.

Anoche por ejemplo en la cama me dio por componer unas décimas para mandar al club de lectura, ya que tanto celebran --Adela, María Victoria y África-- tener un poeta en el grupo.

(Empieza a crecer la luna
--eso dice el almanaque--,
prisionero en esta cárcel
no tengo cielo: tu hermosura
ni piso la hierba menuda
que me lleve a tu ventana,
a llamarte a que salgas
a pasar por esta vida,
a decirnos buenos días
y contarnos alilayas.

Qué mujer tan bella.
Si yo no fuese un canalla
en esta isla de batallas,
le diría que mi estrella
anda en pos de ella
cuando soy buena persona
--aprendí de Chambelonas
a componer los poemas--.

Cuando siento cerca a África,
entonces palabras hueras
a la penumbra se alejan
y me nacen esas cánticas
que escribía Alfonso el Sabio.
En ti es bello mi canto
pues en tu ser se refleja
y lo demás se me aleja
si me acerco a tus labios.)

Bastante flojas y falsamente románticas. No las puse en el wasap. Pero resulta que en el siguiente mensaje del grupo, un compañero mandó un vídeo con unas décimas cubanas, cantadas. Sobre el covid 19, muy buenas. En fin, otra coincidencia. Menos mal que me contuve.

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