viernes, 16 de octubre de 2020

Pornochino

 Decir si a mí me hacen esto yo respondo con esto otro, es una tontería. Es como discutir sobre el sexo de los ángeles. Quien habla no hace y quien hace no habla. Mucho habla el vecino. Entre col y col, lechuga. Pero en general es un poco pesado. Que busque yo porno animado, me dice. Lo busco. Busco Blancanieves y los siete enanitos. Sale una película mala. Que la madrastra desde el principio se entienda con el espejo y con dos que le comen el conejo, vale. Pero que en la primera escena Blancanieves esté onanista, sabes que la peli va a ser un coñazo.  

--Dale palante para ver a los enanitos follando.

Le doy palante. Nada. Más de los mismo. Busco otra. Esta no es de dibujo sino con actores reales. Está más interesante y en alemán. Nunca me he puesto a oír alemán y a los dos minutos tengo el oído encantado con la voz de la madrastra. Y la actriz es muy buena (sí, y está buena) y la ambientación también, y el movimiento y la danza de las escenas también tienen su encanto.

--Bueno, esa la ves tú por la noche, quítala y pon porno chino.

En vez de dejarme viendo la película e irse a fumar un cigarro a su casa, no. Es a las tres horas de estarme comiendo la oreja con historias cebolleta, y con el run run repetitivo de "¿me estás escuchando?" o "mírame" y la risa en sí sostenido que le entra cuando recibe un wasap gracioso o recuerda un pasado gracioso es no repelente, sólo repelente partido por tres. Lo peor es que si se va, mi suerte no va a ser mejor. Lo único es que no veo la pelí en alemán. Hay tiempo si hay suerte. 

--No, ya no pongo más porno, al carajo.

Pongo un programa de una televisión canaria. Me fijo en el que está en el escenario con el que habla, y reconozco a Escohotado. El que habla es un cara ancha que habla y habla y habla. Le cuento a Nico quién es José Luis Escohotado para que me deje prestar atención y no me aburra con los tipos de películas porno que él ha visto. Su trabajo es ir llevar a la mujer al trabajo. La mujer tiene más arte que él. Una voz sensual, tranquila, y formas de diosa africana. La mujer si es encantadora. El no tanto.

El locutor habla y habla, más pesado que Irene Montero y más repetitivo. Por lo menos los discursos de Irene son galimatías, pero el de este hombre es un lugar común tras otro: los bancos son malos, la corrupción es mala, el colonialismo es malo... los tópicos de la izquierda. Y repite lo mismo y lo mismo y lo mismo, en sí sostenido, con voz de rana de secano. Insoportable. Y yo esperando que hable Escohotado y Escohotado parece un invitado de piedra. Al carajo, vete al carajo, compadre.

--Pon porno chino.

--Lo que voy a hacer es sacar la basura al contenedor. Así descanso un poco de tí.

--Déjame un cigarro.

Me dice uno pero ya no hace falta que le diga que coja dos o tres.

Ahora que ya estoy solo, no sé si poner porno chino o poner la película alemana.  O seguir leyendo La pesadilla que se muerde la cola. No. La pesadilla para después, cuando me vaya a acostar. Ñoc, me salen ahora ocho avisos en fb. 8, la grafía del infinito. Siete fotos de la actual mujer de mis sueños, no de mis pesadillas, y una de Quico. El 7 se me quedó fijo hoy en la cabeza. Un vendedor ambulante apareció hoy en la calle. (Desde que las leyes prohibieron la venta ambulante, mucho se ha ido a pique la economía, y la alegría de las calles.) Siete kilos siete euros. Faltaron las pimientas. Para bajar a la recova a comprar caballas, o a Mercadona si no hay en la recova. Y pimienta. Aceite y vinagre tengo.

Bueno,  voy a ver que hay en el pornochino.

No hay comentarios: