domingo, 13 de junio de 2021

rodando voy...

 Desplazo de lugar un cuadro de Maribel Nazco que me regaló Belén. Me reprimo para no tunearlo. Es un cuadro triste, no figurativo, donde contrasta una franja oscura y un marco oscuro con un azul claro en otra franja que contiene aire, lo suficiente para decidir no repintar ni el marco. Lo quité de al lado de la Virgen del almanaque, como si presintiese que estuviese molestándola ahí al lado. La puse con un poema infantil escrito en la pared entre la ventana y un cuadro también pintado en la pared que copié (más o menos) de una foto donde están ... ... ... ... y ...

Bajo a la calle de los bares. Tiempo en que la ira se desboca. Por lo menos ya sé que la que me despierta ... es la que oculto en mi mismo, porque si lo sé me muero del susto. Verse a sí mismo puede a veces ser lo peor. Pero desgastar energía con una ira que no tiene sentido, porque el otro no merece tu odio, o tú no mereces tenerle ese odio, es desgastar salud. Preferible recuperar el Judas de San Juan. Y quemar en él nuestra larga miseria. No se me había ocurrido. Es el momento quizá de quemar el muñeco blanco y el muñeco negro. Los dos ejes de la rueda del mundo. El dinero y el sexo. El negocio y la fiesta. Van juntos. 

Interrumpo por culpa, buena culpa, de la amiga invisible. 

qué regalo le haré?

le pondré dos bufandas

una en cada pie

y dos besos

después.

Por una mención a los sombreros. Me acuerdo de ... cuando dijo "Chito, tú compra dos litros de vino y yo esta noche te hago el cuento de mi vida". El cuento de su vida empezaba con la intención de algún día tener un sombrero y ser persona. Entonces yo estaba escribiendo parte de mi vida y evité que me interrumpiera contándome la suya. El aliado me salió al paso y no supe verlo. La importancia que yo me daba a mí mismo no me dejó ver. El hombre murió. Yo sigo aquí. ¿Quién sabe si me espera para contarme la historia de su vida? Cuando lo conocí aún no tenía sombrero.

También me hizo recordar Pamela a una militante comunista que en secreto se deleitaba viendo corridas de toros. Hubiese sufrido una crítica sin piedad que en el partido lo supiesen. Me pidió secreto de sumario. La historia, como ejemplo  consciente de lo que escondemos (porque no conviene que se sepa), debe de ser sólo lo que se ve y que debajo hay un cúmulo enorme de hechos que no queremos que se sepa. Vana proposición. Al final todo se sabe. No está descaminado ese dicho de aquí todos nos conocemos. 

Lo que ocurre en un pequeño recinto humano es lo que ocurre en el resto del mundo. Hay muchos detalles diferenciadores, pero lo esencial es lo mismo, esos dos ejes de la rueda que nos mueve. 

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