jueves, 20 de agosto de 2020

Esta noche he decidido mantenerme a raya, e ir por la mañana a la librería. Es como si a falta de la autora me consolase su libro. Por sus obras los conoceréis. Quien escribe con las tres fuerzas teológicas --entendimiento, memoria y voluntad-- merece ser conocido, y si el autor es mujer y luminosamente atractiva, el deseo de conocimiento se llama amor. Ya no quiero volver a sentir amor. Es un estorbo, por una parte te quita claridad mental, cálculo matemático, y por otra parte te hace pensar en ti mismo más de la cuenta. Mirarte y ver lo que ella vería si te viese. Pensar en uno mismo es mirarse, por fuera y por dentro. Ni por mi-fuera ni por mi-dentro merece que yo la moleste a ella ni por su-fuera ni por su dentro. Bueno, por su fuera sí, a la distancia elegante y sin intentar nada sospechoso, sin intentar ir a conocerla por dentro. Primero, porque puedes sentir el machetazo del rechazo, o si no... ¿O sí no?

*
No sé si le estoy dando mucha confianza a Nicolás. Es el vecino aliado, eso está bien. Nos entendemos en ciertos niveles, eso está bien. Sin embargo siempre hay un sinembargo. Su tema preferido son los lagartos por una parte y el covid por otra. Las costumbres y los episodios de nuestros lagartos, y ahora el cernícalo, tienen aire, respiran bien, pero su hablar del covid no tiene aire ninguno. Vale un rato de covid. Vale un rato de cómo está esa cosa, pero si se alarga, procuro cambiar de conversación. ¿Qué conversación puedo establecer con él? La artística bien en lo que cabe. Sin embargo lo que más me importa en la fabricación de cuadros, lo que me conduce por esa senda, él no lo entiende, se asusta y lo rechaza. Hablar con un rechazador asustado y no callar a tiempo, es quedarte con la sensación de estar más que desnudo; descuerado. Una sensación no agradable. Lo más profundo de ti no debes compartirlo sino con el amigo sincero (sea lo que sea lo que haya querido decir Martí con esa dos palabras).

Hablando de profundo, tiene su miga la conversación-wasap hoy con los animales del Zo.0

RATA   --Estaba respirando con los ojos cerrados y el cuerpo inmóvil en mi cama. Dentro de mí, al rato de ir profundizando, me guió un pensamiento. Somos dioses dentro de un hombre?...un cuerpo que es un frasco celeste...una mente que está presente en todas las esquinas del intramundo propio? Divagando con la respiración. ... Serpiente, me recuerda a uno de los personajes que pintaste en mi autorretrato.

SERPIENTE   --Rata, quién sabe dónde está la verdad, pero creo que esa revelación no está descaminada. Dentro de nosotros está todo el conocimiento, pero sólo alcanzamos a ver una mínima, muy mínima parte. Pienso que cuando queremos saber algo, la respuesta se presenta por sí sola, aparece a nuestro alrededor. Supongo que la cosa es saber verla.

RATA   --Sí, paseando por el bosque, más perdido a medida que buscamos, hasta que la naturaleza inusual nos es cercana y los pensamientos que nos definen están fuera de lugar.

DRAGÓN  --La verdad es q últimamente no tengo reflexiones muy profundas; ahora ando pensando en ése momento en que estás colocado en una fiesta, ya vas al baño, y está lleno y, mientras esperas, te pones a bailar sobre el suelo que resbala mirándote de lado en el espejo

y te dices: chacho, qué buena está la pirula

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El poema que puse hoy en fb, que saqué del recordatorio de fb (ya lo había olvidado), me llama la atención porque puede ser leído en clave de ja o en clave de ay. Cómico o dramático.

Se puede resumir juntando el primero y último verso:

Cuando las ranas crezcan pelos
pagaré yo mis deudas.

Lo podría decir lo mismo un pícaro que un agobiado (por las deudas). En fin, curiosidades de las trampas de la lengua. En mi entender, lo diría un agobiado que decide desentenderse de sus deudas y no preocuparse ya por pagar ninguna. El drama se hace comedia. También podría ser a la inversa. También. En el párrafo final de Mujeres malditas, intuyo esa doble lectura. Estas son la primera y última frase de ese párrafo, en la página 269:

No sé cuando volveré a retomar este diario, ... Al tiempo le dejo la palabra.

El tiempo es una rueda, la noche avanza...







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