jueves, 13 de agosto de 2020

Nicolás Rodríguez se queja de que su proyecto ha sido plagiado. Me parece que sí. Antes de que él lo haya empezado a denunciar en su muro, vi fotos del proyecto de Pepe Dámaso (lo llama, si mal no recuerdo, Caracola) con idea de hacerlo en Lanzarote o Fuerteventura. Pensé en el de Nicolás (Caracol) cuando vi la imagen del de Dámaso, de cómo será una vez fabricado. No me gustó. Quizá por el color. Negro. Puede que no sea un plagio exacto, pero la idea sí que lo es, y en parte la forma.
Es la segunda vez en estos días que oigo lo de plagio. La concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife Evelyn Alonso fue acusada de plagio. Le echó la culpa al negro que tenía contratado, y que yo sepa no se ha hablado más del asunto. Del plagio de Evelyn.

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La intriga que me despertó la figura de Yemayá en la ermita de Taganana, me ha llevado esta noche a ilustrarme sobre la santería. Religión yoruba.

Copio algunos detalles:

Al saber que Ogún había querido fornicar con su propia madre, Obatalá ordenó matar a todos sus hijos varones. La similitud con la tragedia de Edipo parece evidente.
Es el dueño del hierro, es irascible y solitario.

En los rituales al dios Elegua hay una parte que me recuerda la noche, noche cerrada, cuando en la dársena me atacaron dos perros de presa. Lo que yo hice entonces para parar el ataque de los perros.

Elegua baila en un solo pie y dando vueltas, en lo que parece ser una alegoría del remolino.

Añade Wikipendia que es el primer orisha adivino.

La historia de Eleguá (los nombres en el escrito que leo no siempre están con la misma grafía exacta) está relacionada principalmente con el coco, con la luz que fluye del coco.

Después de Osún y Obatalá, en lo que leo aparece Yemayá.

Cuenta la peripecia de cómo se formó el océano, que es terrible y a quien todo el mundo teme. Pero el mar también es bueno porque es la fuente de la vida, y el agua hizo venas en la tierra para que la vida se propagara. Esa es Yemayá, la madre de las aguas.

Atributos y herramientas suyas son el Sol, la Luna llena, el ancla, el salvavidas, el bote, siete remos, siete aros de plata, la llave, la estrella... Abanico con varillaje de nácar y oro, adornado con cuentas y caracoles.

De su baile se narra que ríe a carcajadas y da vuelta como las olas y gira como los remolinos... A veces representa una zambullida para sacar caracoles... Otras veces nada hacia la orilla donde la espera Oshún, a la que Yemayá salvó se ser violada por Oggún.

Oshún se sincretiza con la Virgen de la Caridad del Cobre, y Yemayá con la Virgen de Regla (tallada por revelación de un ángel por san Agustín el Africano). Esto explica su presencia en la ermita de Taganana. El baile de Oshún es sensual, voluptuoso, y siempre exige miel, símbolo del dulzor de la esencia amorosa de la vida.

Una canción de Copito de Nieve ("Vete de mí") en la que nombra y ruega a Babalú, de quien se habla a continuación, me hace seguir la lectura. Era mujeriego y andaba siempre de parranda. Una noche de Jueves Santo, Orula le pidió que no se acostase con ninguna mujer. Babalú no hizo ningún caso, y a la mañana siguiente amaneció sarnoso. En su baile aparece como un enfermo, con las manos agarrotadas y cojeando...

Hoy ha sido un día con un percance por una parte y una alegría por otra... pero... Bueno, Babalú esta sincretizado en Lázaro, el hermano de María Magdalena, a quien Cristo resucitó.

Otro día, otra noche, seguiré leyendo y diciendo, si dios quiere.

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