martes, 25 de agosto de 2020

La bombilla del patio es de esa clase que la enciendes y va poco a poco de la penumbra a la luz. Pero esa no. Salió retorcida. Se enciende con plena luz y al rato desciende a la penumbra y a la casi completa oscuridad. Un leve filamento indica que sigue encendida. Allí en el patio de noche sólo puedo pintar hasta que la bombilla me deja.

Hoy el artículo de Lizundia en el periódico me hizo recordar la novela de Meyrink El Golem. La falible memoria recuerda que los judíos del ghetto construyeron un hombre de piedra, y le dieron vida para defenderse. La forma de darle vida fue incrustarle el nombre de Dios en medio de la frente.  Como en todos los cuentos, al principio la cosa iba bien pero luego se torció. El hombre de piedra se volvió contra el pueblo que lo había fabricado. Un valiente tuvo que sacarle de la frente el nombre de Dios. Y lo que había sido piedra volvió a ser piedra.

El nombre de dios, si lo sabes, debe ser guardado en tu oído. No debe ser usado. Tal vez este tabú desencadenó la trama adversa.

Otra novela de Meyrink que incluso he leído menos bien que la del Golem, es La noche de Walpurgis. Recuerdo personajes anodinos que se ven envueltos en una situación terrorífica. No me llaman ahora los cuentos de terror. Me interesa Meyrink porque es un autor que no toma partido, ni por el bien ni por el mal, ni por la belleza ni por la fealdad. Tiene algo de budista en la forma de ver el mundo. No es necesario confesarme que lo que sé del budismo, como de casi todo, es bastante precario. Budista en cierto modo fue Stevenson en su poema lo que quiero es un camino, /no importa amor ni amistad. / lo que quiero es un camino. El indio yaqui don Juan Matus, detalló ese camino. Un camino con corazón. El camino del conocimiento --sigo con don Juan-- no vale la pena si no tiene corazón.

Mi camino con corazón en esta isla es ahora ese que me lleva a la Librería de Mujeres. A buscar el libro de Ana Beltrán. ¿Habrá llegado? Mi camino con corazón es el que me liga al libro aún inédito de Belén Valiente. Y el camino que me separa de Nguyen. ¿Dónde estará? ¿Cómo estará Pepe en estos momentos? Dejó de publicar cosas en fb.

Pienso escribir sobre el libro de Ana. He leído fragmentos en fb. Titularé lo que escriba La vida de los sueños.

Estamos en la duda, Nicolás y yo, de si es o no un pimentero una plantita que está creciendo afuera. Por si acaso, le ponemos un poco de agua...

La sombra de un mosquito dibuja una curva sobre la pantalla. Hora de acostarse.

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