domingo, 29 de noviembre de 2020

Cagliostro asoma por el postigo de una puera

 Seguramente ya haya psicólogos y sociólogos que estén investigando los efectos de los emoticones en fb.

La mano de Nerón señalando que el gladiador debe seguir con vida

El asombro del cínico

El enfado del prisionero

La risa del payaso

El no compromiso de Poncio Pilato

La tristeza del cocodrilo

El corazón delator

***

Antes de que me despertara el móvil, 11,30, soñaba que llamaba a Paula y me comunicaba que Pepe acababa de morir. Ella no quiso hablar conmigo, me despachó, no aceptó mis condolencias. Al poco rato, ya despierto, llamó Pepe para confirmar encontrarnos hoy. A celebrar la onomástica. El primer cumpleaños que siento algo más que la simple sensación de ser un día más. Fuimos al Escobonal. Le habían indicado a Paula cómo llegar al sitio. Una barra improvisada en un patio, techado, con sillas y mesas de formica. Unas seis mesas. Había una libre y nos sentamos enseguida. A través de una rustica ventana, un simple abertura, Pepe señaló la presencia de un gallo. El gallo cantó.

Luego nos acercamos a la plaza y entramos en la iglesia. Levanté el garfio que sujetaba la puerta, la abrí y entramos. Me llamó con fuerza la atención el "retablo" por la otra parte del altar, es como si lo hubiese pintado yo. Subí al púlpito y leí, seriamente, la pagina izquierda en el libro abierto. Libro grande letra grande.

--Palabra de Dios --dijo Paula cuando concluí la lectura.

Era la única frase que yo había dejado sin leer.

Volvimos un buen tramo por la carretera vieja. El Sur me hechizaba como cuando fui niño.

En casa leí uno de los mejores relatos que ha publicado Pamela en fb. Me llevó al tiempo de los feriantes amigos de mi casa. Una noche festiva en Taco. Oía El toro enamorado de la luna como si la cantase un ángel de Dios. La canción se imponía sobre el ruido de la feria, el baile de cochitos locos sobre pista de metal, los disparos de las escopetas de balines, el murmullo de la multitud... En mis oídos era como si todo hubiese callado para que esa canción dominase el aire de la noche. Pamela la nombra en su relato. La canta en un bar un hombre algo beodo que invita, a ella y a su marido, a una fiesta este sábado donde, en una finca apartada, van a matar un cochino. El hombre dice que no asistirá a la muerte del animal porque le ha cogido cariño. Este detalle me hizo recordar un relato que ayer imaginé --imagino relatos que no escribo porque solo veo el planteamiento, no el nudo, y menos el desenlace--. Imaginé a un hombre que criaba un cochino y le cogía cariño y ahora tenía que matarlo, para una fiesta. El hombre real, el que Pamela oía, habló de una vez en que invitó a un ruso. En medio de la fiesta esa vez, el ruso se ofreció, como posible servicio, a matar a quien fuera si fuese menester y si el hombre que lo había invitado así lo deseaba. El hombre que cantaba al toro enamorado reiteró la invitación y siguió cantando enamorado de la luna... mientras Pamela pagaba el café y huía del bar sin intención ninguna de asistir a la matazón. Una lástima. No sabré el nudo y el desenlace de ese cuento, entre tantos otros, que nos ofrece la realidad, sabroso como el pollo que comimos en El Escobonal, seguramente hijo del gallo que cantó cuando Pepe lo señaló.

Por la noche, hace un rato, vi la película sobre Cagliostro, de Orson Welles. Un gitano que tiene un poder hipnotizante y... La película me hechizó. Tanto que decido saber más de ese personaje en la Francia de María Antonieta. Nació el 2 de Junio de 1743. La suma de los números es la misma que yo tengo. La carta sin nombre, o si se quiere, la carta del Emperador. La suma de 6 y 7. Los números de la edad que acabo de cumplir.

Esta noche hay eclipse de luna llena. Belén me escribe que no es noche de rituales. Nada que me importe, no soy hombre de rituales, a menos que el arte (la escritura o la pintura) tenga en un determiando momento de su construcción una música especial. No est´exento el arte del conocimiento lunar. El conocimiento mágico junto al conocimiento solar, racional y reflexivo.

Parece que hoy no va a ser una noche cualquiera. Tampoco ha sido un día cualquiera, uno entre tantos.

¿Puede ser. No puede ser? Vamos a ver.

*

Cagliostro concluyó su historia personal en un día marcado por La Fuerza. Su fuerza --en la película-- la apagó el vacío.

1 comentario:

Unknown dijo...

https://www.instagram.com/p/CISpH6PByo7/?igshid=5v0i64cbs4aq