miércoles, 16 de diciembre de 2020

día tranquilo

 --Me tienes hasta la polla, ¿entendido?, harta de todas tus mentiras, que yo trabajando como una hija de la gran puta y tú rascándote el conejo en casa de ese discapacitado... vete a pedirle ayuda al hijo puta de tu padre --la mujer, en la escalinata de Ibrahim, con el móvil, la mujer que trae desde su calle a sus perritos a esta calle para que caguen a gusto, el gusto que ella tiene.

--Te dije que taparas ese hueco y tú te lo pasaste por los cojones --el maestro albañil al ayudante en los arreglos que están haciendo en la casa de Lili y Carlos.

Belén, en la lectura de Vertical, no apreció que Pablo mata y descuartiza a Lolita y la guarda en la nevera, para ir comiéndosela poco a poco. No, no está explícitamente contado. En realidad es un plagio de la realidad. En aquella época, principio de los noventa, fue noticia un japonés que mató a su novia e hizo lo mismo que Pablo con Lolita. Hoy leo una noticia similar. Otro japonés. Conocía por twiter a mujeres con deseos de suicidarse, las invitaba a su casa, les facilitaba el deseo y luego las desmembraba y metía los trozos en la nevera. La historia se repite, y cuando se repite, lo que fue tragedia es ahora comedia. Comedia con pena de muerte. Los psiquiatras diagnosticaron que no estaba loco el asesino Shiraishi. 

Otra coincidencia fue lo que me contó ayer Juan. Va a casa de su amigo Luis, en María Jiménez, y pasan el rato tocando la guitarra, canciones de Dylan. La coincidencia es con Barrio Chino. El personaje inspirado en Juan en esta novela, en tiempos de juventud cantaba a Bod Dylan en el centro cultural Viera y Clavijo, pletórico de actividad en esa época y ahora pobre imagen de la dejadez política. En la realidad Juan (el amigo real, no el personaje de la novela) era el responsable de ese edificio que Nguyen (dónde estará, cómo estará) en su delirio vio en él la Casa de Dios.

En la realidad, en relación con ese edificio, en aquella época era Juan el encargado municipal de mantenerlo. Dulce Xerach movió hilos para que el Ayuntamiento pasase la gestión al Gobierno, y lo logró. Fue ella la que se encargó de la gestión, o de la no gestión. La actividad cesó y el deterioro comenzó. Hoy le dan al marido de Dulce Xerach ocho millones para que haga un proyecto de rehabilitación. No sé qué ficha del ajedrez puede definir ese movimiento maestro, no sé jugar al ajedrez.

Juan dice que no quiere ir a Lanzarote porque allí le entra el tedio. Como se ve que no vive en una casa húmeda, en una calle húmeda y fría en invierno, que para sufrirla hay que ser estoico. Un mes en mi casa, y huir a Lanzarote sería una bendición. En fin, no está en mi caso.

El caso que sigo con interés es el de mi amiga Pamela con los inquilinos en su casa del Frayle. Una novela real que espero que no se le vuelva kafkiana. Sino que tenga un final feliz, y que los abusadores inquilinos tengan su merecido. ¿La ayudará la Justicia? Espero que sí. 

Otra novela que escribe mi amiga es una inspirada en mí. Como persona no soy muy recomendable, pero como personaje a lo mejor. ¿Podré verme algún día en ese espejo? 

La calle ha quedado tranquila. Los albañiles descansan y los habitantes duermen la siesta. 

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