lunes, 7 de diciembre de 2020

 A veces a menudo en el entresueño oigo en mi boca palabras que me vienen de otros sitios, normalmente diálogos o partes de un relato. Los sueños que tengo también son relatos. El tiempo que los retengo al despertar, los recuerdo con la coherencia que tiene un cuento. Los últimos los he dejado ir; a veces escribir es un trabajo exigente, y el sueño necesitaría más imágenes que palabras. Tendría que ser un cineasta. Lástima o suerte no haberme dedicado al cine. Creo que hubiese hecho un cine muy pesado. Depurar la pesadez es una necesidad, pero a veces pienso si no sería mejor mantenerla. Dos novelas pesadas pero valiosas son el Ulises de Joyce y la de Ignacio Gaspar. 

Yo tengo más el gusto ahora por los relatos sencillos: si no son maravillosos, por lo menos que no sean pretensiosos. Cierta soltura la aprendí, o la aprehendí, con Corín Tellado y algunos de los antiguos culebrones de la tele. El contraste de lo horrorosamente contado, pedestre, y lo eficaz que resulta.  

Más metafísica fue la conversación con Dani (Dani Aranda) en la pizzería de San Andrés. Lo incité a ir a San Andrés a cenar y volvimos lloviendo y el parabrisas no funcionando. Bueno, pulió el Salvavidas (una acción en lo que nos hemos embarcado). El que estaba en su barco, un barco que no tiene nombre de estrella, no tiene nombre árabe.

--Las estrellas tienen nombres árabes... 

Hoy domingo, si la lluvia no moja el parabrisas de su furgoneta, subirá con el salvavidas y un lienzo para ponerlo en medio, de tal manera que sea  como un cuadro en ese marco redondo. ël habló del día y la noche. Yo pienso ahora en un náufrago. El lienzo es un náufrago y el salvavidas es quien lo mantiene a flote. En fin. Uno propone y el arte DISPONE. Ya veremos.

El invierno me acerca a Saturno. La silenciosa pesadumbre del dios. 

En fb puse unas décimas políticas. Me cansa ya el tema. No las quité porque Chani las compartió. Si no es de amor, el pícaro amor, el punto cubano deja de volar. Se eleva aún más si el asunto que canta es el propio canto. Pero hacerlo comidilla política es faltarle el respeto, rebajarlo. No me agrada, aunque sea muy ingeniosa, que no es el caso. Tiene fallos de música y tiene palabras comodín. La palabra comodín, para mantener la forma de la estrofa, hay que desecharla.

Al fuego de su lectura, en la cocina de Belén, sigue Vertical jazz. Dice que le gustó más Barrio Chino.

Se lee bien, y retrata bien los bajos fondos, dijo, pero no tiene trama. No, Vertical jazz es un retablo; la trama tal cual sí la tiene Horizontal blues, pero esa, la continuación de la otra, no la había leído. La verdad es que, aunque la razón me diga que no hay prisa, tengo ganas ya de vernos y sacar esa novela a flote, aunque quizá haya que darle alguna que otra vuelta.

Los poemas de la agenda, mejor más vivos,más auténticos. Frases bonitas no que no son verdad sino piropos superficiales. Y donde no hay verdad no hay belleza. De todos modos el proyecto de Sita, con la logística desmantelada, no creo que fragüe pronto.

*

Hoy con Isa y Sita en la Cruz del Carmen y luego en Icod. Casa de Sita en Icod en obras, Colchón lleno de polvo. Tuvimos que darle la vuelta y... mañana a lo mejor sigo contando, mientras espero ahora el martes 15, día japonés.


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