martes, 27 de agosto de 2019

Buey de Metal

mientras busco esta página un moscardón zumba dando vueltas a mi cabeza. No tiene el culo blanco. Así que escribiré con cuidado. Pues ya he perdido amigos valiosos por la dichosa sinceridad mezclada con la estupidez que llaman valentía. Pues al carajo la sinceridad y la valentía. Seré cobarde. Diré el pecado pero no el pecador.

Poeta A. Es un poeta oficinista, y está haciendo muchos méritos para subir en los escalafones. Pero lo merece; tiene destreza en el oficio aunque le falte el genio. Para subir es bueno, y lo está haciendo bien, dorarles la píldora a los que están por encima, y luego ganarse aliados respetables. Ha empezado una antología en fb que merece atención y estudio. Conviene no enemistarse con él porque puede que lo nombren bedel de la puerta de entrada (al Palacio de los Poetas Visibles) y porque además algún texto suyo casi es poesía.

Poeta B. Este le sigue la corriente al otro. La musa de este arte lo toca más de cerca. Tendría que dedicarse un tiempo a hacer letras de murga si quiere que el genio lo habite y lo convierta en poeta completo.

Yo los autores de versos que leo con más placer o provecho son otros. A unos los leo por interés y a otros por amor. Según su obra. A los que leo por interés la mosca me dijo que me callara. Hablaré de los segundos. (Poetas canarios de hoy)

Desconozco bastante pero puedo hablar de lo que he conocido, más o menos. En este apartado están mi amigos JRamallo y Marcelino Marichal. No son poetas hoy visibles. Están escondidos. Escurivirgados. La obra inédita que tienen, la he visitado. Ramallo ha construido Poeta Hermafrodita. El ejemplar único duerme sobre la mesa de la sala de Ático 13 (zona del Mercado Nuestra Señora de África). La obra inédita de Marcelino duerme, si ya no se la han comido los ratones, en los sótanos de Aguere/Idea. En los tiempos de juventud, en edición artesanal Ricardo García Luis le publicó Paisaje irreal de Zacarián. Ni él, Marcelino, ya conserva este cuadernillo. El título se lo ofreció una novela del oeste de la editorial Bruguera.

Entre los poetas visibles que más me importan te puedo nombrar a Belén Valiente y Candelaria Villavicencio. Belén parece ahora que se ha retirado del mundo visible. Nudismo es una obra para mí casi sagrada. Pero ahora lo sagrado lo tengo arrinconado, Nudismo y la imagen del doctor Gregorio. La poesía que publicó Belén (en fb) después de editar el libro, es menos sagrada, más desenvuelta, tiene más movimiento y el escenario más aire.
También una primera época oscura, de tragedia, vi en la obra de Candelaria Villavicencio. Era tanto el poder tenebroso de su palabra que casi dejé de leerla. Es, dicho en alegoría, esa voz primera (primera que he leído), el maelstrom de Poe. La que escribe ahora tiene el mismo movimiento, semejante torbellino, pero en sentido contrario, ascendente, hacia la luz y el conocimiento. Pero esta es una poeta en la que los contrarios no podemos separarlos. Uno arrastra al otro, o se funde en el otro. Esto en cuanto a su voz como música. En lo que dice, siempre hay otro, la presencia del otro (el lector, por ejemplo), el diálogo con el otro.

Lo que convoca ese diálogo es tan primitivo que sólo, si no quiero ser crudo, lo podría explicar señalando el bisonte y el cazador en la pared de la cueva.

Pero es el movimiento el genio que sostiene su poesía, sea el diálogo el que sea. No me queda otro remedio que señalar a Mercurio. El dios de las sandalias alada. El metal líquido. 

Bueno, ya he escrito mucho hoy. Mañana más, si Dios quiere.




1 comentario:

Candelaria dijo...

Vaya, vaya...espérame que de un paso más,da igual el tamaño, uno como mínimo. En la unidad como principio de vida, no el vacío que está repleto de nada, eso no, solo necesito la unidad para comenzar a vivir.