jueves, 28 de abril de 2022

bobadas

 Como no teníamos libro que comentar (nadie leyó la novela del canarión) nos fuimos a tomar algo a unas mesitas en la calle Unamuno. "Otro llorón", anotó Unamuno cuando comenzó a leer, para hacer el prólogo, El lino de los sueños (Alonso Quesada). Eso no lo puso en el prólogo. Se dio cuenta que de llorón nada. Ahora se meten con Vargas Llosa por poner por los suelos a Galdós. ¿Y qué? A Pardo Bazán, al parecer la pone como una salida. No salida de tono sino lujuriosa sexual. ¿Y qué? Si yo dijo que el caviar sabe a piojos, ¿quién me lo puede negar? Quien lo pruebe. Yo he probado manjares de Galdós. Lo que no quita que también haya probado algunos de Vargas Llosa. Como de Nabokov y de su denostado Dostoievski. 

Aquí en Canarias, el presidente Torres, reprochaba que el alumnado no conociera a Agustín Espinosa. No sé qué respuesta hubiera dado si alguien le hubiese dicho que Crimen es la historia de un cruel asesinato con agravante (si fuera hoy) de violencia de género. También El túnel. Pero la novela de Sábato nos queda un poco más lejos. Materia para discusiones bizantinas. Que no falten.

Quien no tengo perdón soy yo. La casa patas arriba y me siento aquí a escribir bobadas. No espabilo. 

No hay comentarios: