viernes, 22 de abril de 2022

Viernes noche

 No se ve la luna. Espero a Efi para subir a los andurriales. 

--Jésus, ayer vino una por aquí que se les caía la baba a todos, minifalda, una piernas preciosas, un escote de bandera, guapísima, qué piba, qué piba, hasta que abrió la boca; habló, la cagó. Una espantosa voz de macho. No tenía que haber hablado --me cuenta el Cuevas.

--El Gris está en el estadio viendo el partido. Ya le dije que me avisara cuando subiera  --informa Efi. 

Por la escalinata sube la ex de Sierra, guapa, le favorece el pelado al cero, las sombra de sus preciosas canas. Sube, entra. Me levanto. Entro. Meto un euro en la máquina. A la cuarta jugada me da un bono. Juego el bono y parece que no sale nada, pero de una esquina salta un loro y aparecen tres figuras en raya, y la pantalla salta a un juego superior. Animales prehistóricos. Un ciervo 4 euros y salta a un mamut, 80 euros. Tenía que haber parado. El siguiente animal, del que no quiero acordarme, reduce la ganancia a la mitad. Hostia puta, qué amargura.

Mientras tanto el Gris anuncia que ya está subiendo. Se apuntan Rulo y Sábana. Nos subimos. Yo delante, Efi al volante y los otros dos detrás.

--¿Pa que son estas mantas?

--Pa calor.

El Sábana, colocado como un piojo, todo el rato va largando pedos apestosos.

--Mi piba me vio así y me dijo así no, así no quiero estar contigo, porque me vio borracho.

--Más bien sería por los pedos. Mi madre dios, abre la ventana.

Ni abierta la ventana. Cuando llegamos al andurrial, mientras Efi se acerca a la casa del Gris, el Sábana se baja a mear y a tronar por el culo.

--Mañana crece un lirio ahí --le dice el Rulo. 


En la vuelta, a cuenta de un malentedido, bajan discutiendo los tres.

--No sé si enfadarme o cabrearme --dice Efi.

--Culo cagado, tenías que haber hecho lo que te dije.

Al pasar por la esquina del barrio del Rocío, donde en una pared en blanco había hace tiempo escrito FRANCO HA WERTO pusieron encima una mano de pintura y un anuncio bienintencionado. Hay un bar abierto. Nos tomamos una cerveza hasta que el dueño nos aconseja ir a discutir a la calle porque ya va a cerrar.  Nos vamos hasta lo que llamamos el mirador, en la parte arriba del barranco, con la noche cubriendo la montaña de Barrio Nuevo. No vemos la luna.

--He visto a los espíritus más grandes de mi generación histéricos desnudos destruidos por la locura buscando el pico imperioso en la calle de los negros.

--Ñoc, ¿eso qué es? --pregunta el Sábana, entre pedo y pedo. 

--El primer verso de un poema de un judío americano --le informo.

--Poiesía, poiesía... --comenta el Rulo.

Me acuerdo de una copla que me recitaba en la tierna juventud me tía María, para joderme:

Tú que eres poeta

y sabes de poiesía

desabróchame la bragueta

y tócame la folía.  

Tiempos de Venanceo aquellos. El pequeño poeta con corbata arrugada y traje arrugado que se ganaba vasos de vino en la calle Miraflores y que me dictó una vez ese soneto dedicado a los pelos del coño de la hija de Franco. Años 60. Más veces lo encontraba y me dictaba más versos. Los tenía en un cuaderno que, aprovechando mi ausencia de la isla, Wang convenció a Li para que lo tirara, junto con otros, a la basura. Si es que no se los llevó para su casa y los escondió y a lo mejor todavía los tiene escondidos. Wang no se conforma con haberme destruido la cara en la pelea de marras, sino que no pierde ocasión para seguir golpeándome el orgullo. Vino por casa un día, me pidió prestado dos tomos con la obra de Viana (la que le pagó que hiciera un conquistador para ponerlo bien puesto, el mismo conquistador que compró, para prenderle fuego, la edición casi completa del libro de fray Espinosa, el cura que escribió sobre los milagros de la Virgen de Candelaria y sobre los guanches). Cuando fui el sábado a San Andrés, quiso convencerme de que esos dos tomos eran suyos. En fin, don Juan Matus me daría golpes de felicitación por tener un semejante pinche tirano. En realidad un pinchito tirano, Algo es algo.

Efi y los de atrás me invitan a ir a no sé qué sitio que está abierto. Les digo que no, pero si quieren pasar luego por mi casa, que vengan si no es muy tarde. A lo mejor vienen. Metiendo ruido seguramente, como cubas, y el Sábana con el culo cargado. Abriré la ventana.  

No hay comentarios: