miércoles, 22 de agosto de 2018

--Mira lo que me hizo. Toda la mañana lo tengo en el jardín y viene a hacerlo a casa. --Señora de la calle de por abajo con la que coincido en el contenedor, junto a un arbusto que por las tardes desprende un olor que enamora.
Me enseña bien una bolsita negra que lleva en la mano. No es transparente. No veo lo que hay dentro. Debe de tener mi edad. Es pequeña, con esa gracia que sólo poseen las mujeres pequeñas. Levanta la tapa de plástico verde con la agilidad de una niña menuda, y la sostiene en alto esperando por mí. Regreso a casa. Doña Alfonsa, que siempre tiene la puerta abierta, con vistas al limonero a la entrada de la calle, ha puesto música mexicana.
--Es que tengo a la chica limpiando y le pongo esta música para que trabaje más deprisa.
Vaya, le elogié la música con intención de invitarla a bailar entre los rosales... Me acuerdo de Barrio Nuevo cuando yo tenía edad de merecer. Acompañaba a una muchacha de Las Palmas, de visita en Tenerife, de mi casa a la suya, de noche, y había una calle de tierra en medio del barrio, en medio de la montaña, con casas a un lado, y al otro el vacío, el cielo. Todas las puertas abiertas. Y afuera un pickud en cada entrada, con una canción, todas un corrido.

Busco en la edición de Victor Ramírez el cuento "La fiesta" de Antonio Bermejo. No está este cuento en esta primera recopilación de la narrativa del escritor fetasiano. ¿Fetasiano? Hay un influjo onírico en Isaac de Vega que no lo recuerdo en Bermejo. No el influjo surrealista de Rafael Arozarena, sino más profundo, de allí donde el sueño se confunde con el mito. No hay mitología en Bermejo.
La fiesta tiene un argumento sencillo, casi no tiene argumento. Un hombre baila con una mujer. Sucede una catarsis negra. Cada detalle es un escalón hacia el desencanto.

La que no es un desencanto es la mujer de Nick. Desde que vino de La Gomera parece que le inocularon aire del Kilimanjaro, Qué guapa, qué graciosa, qué piel de madera bien pulida. Y la jodienda; no somos esquimales.

Algo de esquimal tiene sor Nuria. Después de qué guapo estás, me dice:

--Estar a bien con Dios y con la Virgen y que haya fufú y amor libre.

Tengo que buscar en el diccionario fufú, a ver qué es eso. Quedo con Anyelo. Cosas nuestras, por ahora.

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