domingo, 5 de agosto de 2018

Te das cuenta de lo mal que está todo cuando uno no está para tirar cohetes. Días tediosos en La Maldad. Ganas de salir para algún lado. ¿Para dónde? Todo es dinero, gastos. Y a donde me gustaría ir a matar la apatía, ni hablar. No alcanzo ni para las copas. Hay que joderse. Santa Pus es un cadáver pestilente. Lo que se ve y los trapicheos especulativos. Ya derribaron lo que quedaba del colegio Tinerfeño Balear. Junto a la calle Miraflores, cuando había vida en esa calle. La ciudad estaba abierta al mar y del mar venían los barcos de La Habana.
El Balneario mejor olvidarlo. Lleva tiempo de escenario ideal para una película gore. La plaza toros, la misma cantinela. Y la publicidad del 25 de julio, cartón piedra absoluto. No sé qué se puede escribir sobre esta ciudad que valga la pena. No da ni para una trilogía sucia de Santa Pus. Los pobres se rinden, los mediocres se rinden y los gallitos sociales también se rinden. Todo lo matan. Los disfraces de carnaval, mortuorios, están de moda todo el año.
No sé cómo estará la cosa por el campo. Mejor no hablo del campo. Los cuervos me sacaron los ojos y ya no veo el campo ni en pintura. Y la hierbahuerto del parterre de afuera, ha cogido no sé qué que están las hojas cenicientas. Mejor cierro.

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