lunes, 9 de julio de 2018

Amiga del Sur:
Como no me das el correo, te escribo por aquí, donde sé que hay más lectores. Así que tiene que ser una carta pública, con los requerimientos que eso requiere. No  revelar secretos. Aunque lo bueno sería revelarlos y que se enterara todo el mundo. Además, tú y yo no tenemos nada que esconder a este dichoso mundo. Ahora me tienta hablar de un relato que pusiste en fb. Me recordó un cuadro de Duchamp. El título es cosa nuestra, a nadie le interesa. Otra cosa que publicaste y sí puedo yo contar es el relato de cómo, de una inmensa biblioteca, te quedaste con diez libros. Dejaste con la curiosidad de conocer sus títulos.
El miércoles en el club de lectura vamos a hablar del libro que tenemos entre manos. (Ay, cuántas novelitas se podrían hacer con textos de fb: tuyos y de otros autores. Irse uno a un lugar retirado del mundo, y ver el mundo en la pantalla una hora al día, y hacer un puzzle con esos textos. No es fácil. Pero es sencillo.) Es curioso de la sencilla manera que unos estamos pegados a otros, a veces en confrontación, y otras, menos mal, en enriquecedora simbiosis.
Y perdona la rimbombancia.
Te voy a hablar de la novelita, la tengo arriba. La voy a buscar...
Es de Helene Hanff (primera vez que oigo a esta autora). La novela, epistolar, sucede en los años 50-60. La autora, que vive en Nueva York, pide libros por correo a una librería de segunda mano de Londres. Establecen amistad ella y el librero, especialmente (hay otras cartas de otras personas, pero menos) y hablan de libros y de las cosas de la vida de cada uno. Un amor platónico. Nunca se llegan a ver en persona. Me hubiera gustado haber subrayado alguna frase (cosa que no agradaría a Helene, ni a la jefa del Club de Lectura). Así que hojeo y busco al azar:

"Con la llegada de la primavera necesito un libro de poemas de amor. ¡Nada de Keats o Shelley! Envíeme poetas que sepan hablar del amor sin gimotear... Wyatt o Johnson o alguien por el estilo: lo dejo a su criterio. Pero que sea una edición linda y preferiblemente de pequeño formato, para poder metérmelo en los bolsillos de los pantalones y llevármelo a Central Park."

"¿Y A ESTO LO LLAMA USTED UN DIARIO DE PEPYS?
         pues no es un diario de pepys, sino una miserable colección de FRAGMENTOS del diario de pepys, obra de un entrometido editor al que más le vale estar pudriéndose en la tumba.
        me dan ganas de vomitar.
        ¿dónde está lo del 12 de febrero de 1668, cuando su mujer lo sacó de la cama y lo persiguió por el dormitorio con un atizador al rojo vivo?
...
      ahí van dos mugrientos billetes de un dolar; me las arreglaré con esta cosa hasta que me encuentren un auténtico Pepys. DESPUÉS destrozaré este engendro de libro, página a página," ...

"Personalmente creo que no hay nada menos sacrosanto que un mal libro e incluso un libro mediocre."

Y paro de hojear, Voy a ver si veo al vecino y le devuelvo los libros. Conservar sólo 10 es mi ideal. Me lo recordaste.

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