sábado, 28 de julio de 2018

Mi escritora de Charco del Pino hizo un relato de una pareja en la playa. Comen y se bañan juntos pero el cuento termina con que él se va y la deja sola, recogiéndolo todo. ¿Por qué se fue? Esa sería la primera pregunta en un relato de mi escritor de Charco del Pino. Algún día tendré que armarme de valor y peregrinar a ese lugar de Granadilla. Entre el estilo sagrado del escritor y el estilo cotidiano de la escritora, está el camino del medio. Horacio me daría la razón, y Maquiavelo también. A ver si leo mejor a los dos y los cito con mayor autoridad.
Necesito una tijera de podar e ir al cine. Suelo ir al TEA. Esta vez ponen una película cubana que va de un filósofo. A lo mejor dice algo que me ilumine, o que me serene el instinto.
 Tres caminos conducen desde La Maldad a Santa Pus. 1. el camino del barranco. 2. la avenida de Venezuela, y 3. el puente del manicomio. El 3 suele ser el más usual. Desemboco en la plaza de La Paz. Por el 2 llego al TEA. Bajo a buen ritmo. A la función de la 9.30. Santa Pus tiene una noche agradable. La gente que camina parece no triste. Llego a la zona del mercado. Video a dos animales. Dani y Pepe. Reconocí de lejos más a Dani que a Pepe. Esta vez Pepe no llevaba turbante. Los alcancé. Dejé el cine para mañana domingo. Además precisamente había estado pensando en ellos dos, cosas mías, cuando había estado bajando por la avenida de Venezuela. Los pensé y los vi. Compramos dos pizzas, una cerveza, un refresco y un botellín de agua y fuimos a sentarnos a un banco ondulado, de piedra, en la plaza de la lechera, y en medio de la comida apareció un pájaro de la noche.

Buena señal.

No hay comentarios: