jueves, 19 de julio de 2018

... mi amiga mencionó hoy las preguntas y las respuestas. Dijo Goytisolo, en el Tea, que las Mil y Una Noche era el libro de las preguntas.

Tengo que ver Psicosis. La historia de la novela es la de un mundo de locos que viven manteniendo una cordura espeluznante. Es una historia de página de sucesos. Jabalí cuando la leyó, me hizo notar que había matado a Lolita (un personaje) y lo dejé ahí, sin más. No me acordaba de ese episodio. Tal vez lo puse como uno más de los sueños del muchacho (el personaje narrador).

El niño de la novela El marino que perdió la gracia del mar es una fuente. Los dos personajes miran lo que hace su madre en el dormitorio, por una rendija secreta.

También he tenido en la cabeza la película Psicosis. Hoy, entre unas cosas y otras, me di cuenta de la relación clave que hay entre el asesino de la película y el muchacho de la novela. Y es un acorde más en la línea de asesinatos. Claramente se ve desde un principio que fue él quién mató a su hermano. Ese acto está más que explicado. Uno de los motivos del crimen es la venganza. Pero el otro acto criminal, el asesinato de Lolita, no lo vi hasta hoy. Estaba yo obsesionado con el alemán cliente de la madre del muchacho...
Lo acabo de comprender y la clave me la dio Psicosis. Imaginé una escena de la película que da luz al trastorno del personaje. No sé si esa escena existe. Un crimen anterior al crimen de la ducha. Exista o no exista, la escena la adapto y estoy poniéndola en la novela. El alemán y Lolita (dos personajes en tiempos distintos) quedan conectados. La presencia del alemán anuncia el tema hitleriano de la novela, conectado con el afán del alemán de fabricar un panóptico perfecto, que te permita ver y oír lo que nadie más ve ni oye.

Otro personaje que está incompleto, poco desarrollado, que todavía no he dado en la clave, es una vecina, casada, con la que el muchacho, ya más hombre, tiene una relación más que cordial. Hasta ahora está como comodín más. Tengo que darle más cuerpo. Mas concreción. Vaya, esta palabra me llevó como electricidad a la palabra concretera, significante y significado. El marido de la vecina es albañil, trabaja en unas obras; en la novela sale mencionado pero no molesta. La concretera sí me importa. Es la maquina que revuelve y mezcla distintos materiales. Nombrarla a través de la voz de la vecina, por ejemplo deseando ver al marido en la concretera, no pega ni con cola. La vecina no odia al marido. No le desea ningún mal. La relación con el marido se ha hecho tediosamente rutinaria. La relación a escondidas con el muchacho le agrada, y lo llevan bien, sin estorbarse uno al otro.
Esta mujer se hace importante al final de la novela. Para el muchacho. Todas las demás, amores importantes, amores pasajeros, aventuras, unas con mejor y otras con peor recuerdo han quedado atrás.
En fin, espero conservar el ritmo de novela de aventuras. Seguir el consejo que Stevenson dio a James, y que este no aceptó. Escribir una novela no heroica como si fuese una novela de aventuras. A ver.

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